Comienza la Expo de Osaka. Repensar el futuro con la innovación tecnológica
La metrópoli albergará del 13 de abril al 13 de octubre la Exposición Universal, que tendrá como lema "Diseñar la sociedad del futuro para nuestras vidas". Osaka ya había sido sede del evento en 1970, la primera vez que se hizo en Asia, y hoy conserva el mismo impulso ambicioso. Este año el símbolo de la exposición es el Grand Ring, la estructura donde se llevará a cabo, construida en la isla artificial de Yumeshima.
Tokio (AsiaNews/Agencias) - Del 13 de abril al 13 de octubre Osaka se convertirá en una vidriera universal: 158 países y 7 organizaciones internacionales presentarán su idea de progreso, continuando la tradición de las Exposiciones Universales que ya tiene más de 170 años. Designing Future Society for Our Lives ("Diseñar la sociedad del futuro para nuestras vidas") es el lema de la Expo 2025, una invitación a reflexionar sobre el futuro de nuestra sociedad conjugando innovación tecnológica y respeto de los valores humanos.
La región de Osaka, Kansai, donde tendrá lugar este año, es la cuna de la civilización japonesa y la antigua residencia imperial, una herencia de la que dan testimonio numerosos sitios históricos y patrimonio de la Unesco. Hoy Osaka es una metrópoli de vanguardia, hub comercial y capital gastronómica de Japón; una encrucijada entre tradición y modernidad.
Osaka también fue la sede de la primera Exposición Universal que se celebró en Asia, en 1970. Japón se presentó en el evento como un país moderno e innovador en pleno milagro económico después de la Segunda Guerra Mundial. En esa oportunidad se mostraron por primera vez los teléfonos inalámbricos y los visitantes podían tener contacto con el Dream Telephone, el antepasado del teléfono móvil. El tema de entonces - “Progreso y armonía para la humanidad” - reflejaba un momento histórico de fuerte optimismo y rápido desarrollo tecnológico. Una mirada que la exposición de este año intentará repensar en una perspectiva actual.
El símbolo de aquella oportunidad, la Torre del Sol - de 70 metros de altura - representaba un impulso entusiasta hacia una idea de futuro luminoso y prometedor, capaz de superar la ansiedad de la Segunda Guerra Mundial. La Torre posee tres caras: la "Máscara de oro" situada en lo alto, dorada y brillante, que sugiere el futuro; la "Cara del Sol" en el frente, que simboliza el presente, y el "Sol Negro" en la parte posterior, que representa el pasado.
En esta oportunidad el símbolo de la exposición es la sede misma, el Grand Ring. Situado en la isla artificial de Yumeshima, es el proyecto de uno de los más importantes arquitectos de este siglo, Suo Fujimoto. El Grand Ring es un anillo circular donde se encuentran los 40 pabellones nacionales de los diferentes países presentes, tiene un diámetro de 700m y se considera la estructura de madera más grande jamás realizada. La forma y el material del anillo expresan su filosofía: su circularidad significa cooperación y conexión mientras que la madera señala la importancia del vínculo con la naturaleza, lo que habla de la necesidad de un futuro sostenible y conectado que nos una en la diversidad. La estructura está construida sin usar clavos, combinando la tradición constructiva de ensamblaje japonés “Nuki” - las vigas horizontales perforan directamente las verticales - con elementos de ingeniería más avanzada sísmicamente resistentes. Mientras que la Torre Del Sol mira al futuro con arrogancia y confianza, el Grand Ring lo hace a través de una mirada más delicada y consciente, pero igualmente ambiciosa.
En el “Grand Ring” también se encuentra el Pabellón Italia, fruto del proyecto artístico y arquitectónico de Mario Cucinella, responsable de la sugestiva iglesia de Santa Maria Goretti en el Parque del Pollino. El tema es “el Arte regenera la vida” y ofrece una moderna interpretación de la ciudad ideal del Renacimiento. En el centro se levanta el Atlante Farnese, una inmensa obra maestra que representa al titán Atlas arrodillado mientras sostiene el globo celeste, símbolo del universo conocido en la época. La Santa Sede también participa en el evento con la exposición de la “Deposición de Cristo”, una de las obras maestras más conocidas de Caravaggio. El tema es "La Belleza trae Esperanza”, proponiendo una reflexión sobre la importancia de la belleza en la construcción de la sociedad futura.
Junto con los pabellones nacionales hay también pabellones de autor que exhiben temas como “The Future of Life”, donde un renombrado experto en robótica, Hiroshi Ishiguro, da vida a los robots y androides con los que probablemente conviviremos. El espacio dedicado a las innovaciones tecnológicas es sorprendente y fascinante, y además de los robots se expondrán modelos de máquinas voladoras, plantas fluorescentes para la producción de energía eléctrica y un corazón pulsante realizado gracias a las células madre. También las exploraciones del universo y el cosmos encuentran espacio. Se podrá ver un hallazgo inédito de la Japanese Antarctic Research Expedition: una roca marciana, una de las más grandes jamás encontradas en la tierra, que demostraría que en el pasado había agua en Marte.
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