Colombo impone un nuevo impuesto a la exportación de servicios

de Arundathie Abeysinghe

A partir de abril, el gobierno de Sri Lanka introducirá un impuesto del 15% sobre los ingresos procedentes de la exportación de servicios, que afectará a los autónomos y a las empresas que trabajan con clientes extranjeros. La medida pretende aumentar los ingresos fiscales y reforzar el control de los flujos de divisas, pero también corre el riesgo de fomentar las transacciones informales.

Colombo (AsiaNews) - A partir de abril, Sri Lanka introducirá un nuevo impuesto del 15% sobre los ingresos procedentes de la exportación de servicios, que afectará a los profesionales de la tecnología, asesores financieros, contables y expertos en software que trabajan con clientes extranjeros. Aunque el gobierno pretende aumentar los ingresos fiscales para hacer frente a la crisis económica, el gravamen podría empujar a los profesionales a buscar soluciones alternativas, reduciendo el flujo oficial de divisas al país.

La medida, introducida en la ley presupuestaria tras su aprobación parlamentaria, marca el fin de una exención fiscal que se había introducido en 2020. Aunque luego se eliminó progresivamente entre 2022 y 2023, se había mantenido para los servicios externos.

La nueva legislación fiscal afectará a autónomos, empresas y YouTubers con ingresos en divisas, que ahora tendrán que registrarse en la Agencia Tributaria (IRD). Según Nihal Wijewardana, comisario adjunto del departamento, «sólo estarán sujetos al impuesto quienes presten servicios desde Sri Lanka a clientes extranjeros», y añade que «los autónomos deben ser conscientes de que sus ingresos procedentes de múltiples organizaciones se clasifican como ingresos empresariales», pero tienen derecho a deducir una parte de los gastos incurridos en el desarrollo de la actividad.

La autoridad fiscal podrá controlar los flujos financieros a través del Sistema de Notificación de Transacciones Internacionales (ITRS), un mecanismo que ya utiliza el Banco Central de Sri Lanka (CBSL). A través de este sistema, los bancos están obligados a informar de las transacciones en divisas, incluidas las de los autónomos, para controlar los niveles de gasto y detectar posibles evasores. Una actualización de la normativa el 21 de mayo de 2024 también permitió al IRD controlar toda una serie de actividades financieras.

Sin embargo, la introducción del nuevo impuesto también ha generado inquietud entre los profesionales del sector. Menuka Tennakoon, Harshani Wickramasinghe y Ashen Kodippily, tres ingenieros informáticos, expresaron sus temores a AsiaNews: "Con la actual crisis económica y el elevado coste de la vida, no podemos sobrevivir con nuestro salario. Prestamos nuestros servicios a clientes extranjeros precisamente para ganar divisas, que podemos ahorrar y utilizar cuando las necesitemos. Si se implanta este sistema impositivo, no nos queda más remedio que recurrir a métodos de transacción informales, porque puede que no tengamos muchos ingresos después de pagar un impuesto copioso".

La adopción de canales de pago no oficiales, como el sistema hawala y el undial -muy populares en el sur de Asia para evitar los registros bancarios- corre así el riesgo de aumentar la evasión fiscal. Los abogados Achini Mendis y Dinuk Samarawickrama advirtieron que «los intentos de evadir impuestos mediante transacciones en efectivo se consideran delitos penales en virtud de varias disposiciones del Código Penal. Además, la evasión fiscal no prescribe y las penas son muy elevadas».