Colombo estudia un «centro de mando» para prevenir catástrofes marítimas
El accidente del New Diamond y el X-Press Pearl puso de manifiesto los «retrasos e insuficiencias» del sistema de protección contra accidentes medioambientales. Se presta especial atención a las aguas oceánicas, cruciales para la industria pesquera. También existen graves deficiencias en los marcos jurídico y normativo.
Colombo (AsiaNews) - Sri Lanka carece de medios y de capacidad para prevenir las catástrofes marítimas. Esto es lo que se desprende de un informe publicado en los últimos días por el Comité Parlamentario Selecto (PSC), que estudió las conclusiones de la investigación sobre el accidente -y las graves consecuencias para el medio ambiente- del carguero New Diamond y el X-Press Pearl, el peor de la historia de la isla. Debido a los retrasos en los procedimientos judiciales, a la falta de protocolos claros para implicar a las comunidades locales en los esfuerzos de respuesta a la catástrofe y a la inadecuada coordinación entre los organismos gubernamentales, los daños medioambientales y económicos causados por el naufragio se han agravado.
A ello se sumaron las graves deficiencias de los marcos jurídicos y normativos existentes y los retrasos en los mecanismos de preparación y respuesta de las autoridades competentes.
La catástrofe del X-Press Pearl ha puesto así de manifiesto las lagunas y deficiencias de la capacidad del país para prevenir y gestionar los accidentes en el mar y las consecuencias relacionadas con la contaminación del agua. De hecho, si el puerto indio de Hazira hubiera avisado al de Colombo de la fuga de ácido nítrico a bordo del buque que llegaba, la catástrofe podría haberse evitado. De ahí la propuesta de introducir el llamado Certificado de Salida (CoD) de los puertos antes de aceptar barcos en sus aguas territoriales y, sobre todo, antes de entrar en cualquier puerto de la isla. Además, los expertos advierten de la necesidad de «sanciones más estrictas para los operadores y armadores que incumplan las normas de seguridad y la necesidad de seguir mejorando la cooperación internacional para prevenir futuros desastres».
«Es necesario», explican, »que los organismos de Sri Lanka implicados en cuestiones relacionadas con los océanos establezcan y reconozcan una cadena de mando de acción rápida que elabore y presente informes trimestrales al Parlamento sobre las actividades y el estado de las zonas marítimas. La implantación de un sistema avanzado de seguimiento y control de buques, con datos en tiempo real sobre las condiciones de la carga, los patrones meteorológicos y los movimientos de los buques, añadieron, ayudaría a «detectar a tiempo los peligros potenciales» y a «tomar las medidas oportunas».
La comisión presentó su informe al Parlamento el mes pasado.
Sachini Galapatti y Nalinda Hewawitharana, académicas establecidas en Queensland (Australia), declaran a AsiaNews que «las dos catástrofes han causado daños graves y duraderos al medio ambiente marino». Según la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes, como consecuencia del desastre del X-Press Pearl, toneladas de pellets y otros contaminantes acabaron en las playas del país y dañaron el ecosistema marino». La carga consistía en miles de millones de materiales plásticos, cuyo vertido en las aguas dañó el ecosistema, la industria turística y la reputación del país como destino «verde». Entre las consecuencias del siniestro, añaden, está el «vertido de petróleo y sustancias químicas peligrosas, que afectó a la vida marina, los ecosistemas costeros y las comunidades locales que dependen de estos recursos».
Según un análisis basado en la Reglamentación Marítima Internacional sobre Mercancías Peligrosas (Imdg), el manifiesto de carga reveló que al menos 81 de los 1.486 contenedores a bordo del MV X-Press transportaban 15 categorías distintas de materiales peligrosos. Entre ellas, señalaron Sachini y Nalinda, había «25 toneladas de ácido nítrico». Estas catástrofes han tenido graves repercusiones en la industria pesquera nacional, con más de 20.000 familias de pescadores y unos 16.000 pescadores afectados. Además, el vertido de sustancias químicas peligrosas ha matado a más de 300 animales marinos, entre tortugas, delfines y ballenas.
Navindra Igalawithana y Oshantha Samarasekara, expertos en la materia, explican que «las respuestas se han caracterizado por retrasos e insuficiencias, sobre todo en lo que se refiere a medidas inmediatas para mitigar el impacto medioambiental». La falta de preparación y la insuficiencia de recursos son también deficiencias críticas en la gestión de estas crisis. Entre las propuestas figura la creación de «un ministerio dedicado al océano y la unificación de las agencias marítimas bajo un marco administrativo único para mejorar la coordinación durante las emergencias. También es necesario», concluyen, “reforzar el marco jurídico, fomentar la investigación oceanográfica y crear una agencia marítima de guardacostas dentro de la Armada” e imponer “inspecciones y auditorías periódicas de los buques que transportan mercancías peligrosas”.