Clarisas de Tamil Nadu: la obra de construcción del monasterio de Tuticorin está suspendido por falta de fondos
Los trabajos del monasterio de Nuestra Señora de Fátima iniciaron en diciembre de 2016. El entonces obispo Yvon Ambroise había inaugurado el inicio de la construcción. Los obreros llegaron hasta la arquitrabes. Por el momento las monjas viven en una casa donada por otra congregación. La abadesa: “La estructura no es segura y no es adapta para nuestro estilo de vida monacal.
Mumbai (AsiaNews) – La construcción del nuevo monasterio de la Congregación de las clarisas de la adoración perpetua en Tuticorin, en Tamil Nadu, está detenida por falta de fondos. Lo revela a AsiaNews la madre abadesa, sor Mary Teresita. Los trabajos iniciaron el 14 de diciembre de 2016 y están apenas al inicio. Jamás había sucedido algo así- declara preocupada- estamos luchando para conseguir los fondos”.
El nuevo monasterio dedicado a N. S. de Fátima obtuvo la autorización para la edificación a fines de julio de 2016, “cuando logramos registrar el terreno. Desde aquel momento, después de 2 años y medio, los trabajos llegaron apenas a las arquitrabes. Fuimos obligadas a detener todo por falta de dinero”.
Por el momento el grupo de clarisas, unas 10 monjas, vive en una estructura donada por otra congregación. Sor Teresita dice: “Nos transferimos a la residencia temporánea y hemos iniciado la adoración perpetua. El lugar, debía ser habitado por un breve período y no es absolutamente adapto para la vida monástica de oración y contemplación y tampoco para nuestro estilo de vida del convento”.
La abadesa admite: “Estoy muy preocupada por la absoluta falta de seguridad. Alrededor no hay rejas ni paredes circundantes. Lo más importante es completar lo antes posible el monasterio, de modo que podamos transferir a las monjas, en cambio por ahora las celdas están incompletas”.
Las clarisas, “dependen de la Divina Providencia. La construcción inició con una pequeña donación de fondos recogidos gracias a la contribución de los locales y por la benevolencia de Mons. Yvon Ambroise, obispo emérito de Tuticorin, que inauguró los trabajos. Ahora está todo suspendido.
