Cisjordania: el nuevo muro de Israel expropia de su tierra a los campesinos
Las autoridades han comenzado a construir un nuevo muro al oeste de Qaffin, en el norte de Cisjordania. La estructura mide 9 metros de altura y 45 km de longitud, estará fortificada y tendrá dispositivos electrónicos de vigilancia. Agricultor palestino: antes se podía acceder a la zona tres días a la semana, ahora está “completamente prohibido”. El secretario general de la ONU critica las iniciativas unilaterales de Israel.
Jerusalén (AsiaNews) – Las autoridades israelíes han comenzado a construir un muro de cemento al oeste de la ciudad de Qaffin, al norte de Tulkarem (en la foto), en la zona norte de Cisjordania, que excluye a los palestinos de la zona de miles de hectáreas de campos cultivados. El nuevo muro se extiende desde el pueblo de Salem hasta la ciudad de Tulkarem, tiene nueve metros de alto y una vez que se termine de construir cubrirá cerca de 45 km. Además de los bloques de hormigón, se colocarán otras fortificaciones y dispositivos electrónicos de vigilancia.
“A los campesinos de Qaffin, se les ha prohibido el acceso a 1.236 acres de tierra”, a los que se suman decenas de parcelas en “pueblos vecinos”, cuenta Muhammad Saeed, un agricultor de la zona. “Antes – sigue diciendo – podíamos entrar tres días a la semana” aunque frecuentemente las autoridades israelíes bloqueaban los accesos “con el pretexto de la seguridad”. Pero ahora, con la construcción del muro, será completamente imposible ingresar” y de esa manera podrán “expropiarnos de nuestras tierras”.
Tayseer Amarneh, alcalde de Akba, en el distrito de Tulkarem, dice que “estas tierras son palestinas, pero con la construcción del muro ya no podremos acceder a ellas. Nos roban nuestras tierras con el pretexto irrisorio [de la seguridad]". Primero una valla y ahora un muro de hormigón armado, y “los palestinos están perdiendo tierras que cultivan” desde tiempos inmemoriales.
El exministro de Defensa Benny Gantz aprobó en noviembre del año pasado la construcción de un muro de hormigón armado en el norte de Cisjordania de unos 100 km de longitud. Israel comenzó a construir la "muralla" en 2002 y, según estimaciones de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, esta ya tiene una longitud de 712 km, el 85% de los cuales está dentro de Cisjordania y no a lo largo de la Línea Verde según las fronteras establecidas en 1967. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó que el muro construido por Israel dentro de los territorios palestinos es ilegal.
Por su parte el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, criticó ayer abiertamente a Israel al margen del Consejo de Seguridad y mostró su preocupación por las recientes "iniciativas unilaterales". Hizo referencia al "paseo" del ministro Ben-Gvir por la Explanada de las Mezquitas y a la violencia del 2022, el año en que se registra el mayor número de muertes desde que terminó la Segunda Intifada.
El jefe de la diplomacia de la ONU habla de un "año mortal" para israelíes y palestinos y explica que, si bien por un lado "no hay justificación para el terrorismo", por otro también hay que denunciar las medidas y decisiones que no ayudan al diálogo y a la paz. “Al mismo tiempo -continúa- la expansión de los asentamientos que lleva a cabo Israel, combinada con la demolición de casas y las expropiaciones, alimentan la ira y la desesperación”. “Por último, estoy muy preocupado -concluye Guterres- por las iniciativas unilaterales que hemos visto en los últimos días. El estado de derecho es fundamental para lograr una paz justa y global, que se basa en la solución de los dos Estados, de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas, el derecho internacional y los acuerdos previos".
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