China obliga a las milicias étnicas a abandonar la ciudad de Lashio
Bajo presión de Beijing, los rebeldes abandonan la capital del Estado de Shan, en el norte de Myanmar, aunque permanecerán alrededor de la ciudad. En el resto del país continúan los enfrentamientos y otros grupos rebeldes han obtenido algunas victorias entre ayer y hoy. Aduciendo el terremoto, el régimen también ha suspendido los visados turísticos.
Rangún (AsiaNews) – Bajo presión de China, la Alianza Nacional Democrática de Myanmar (MNDAA) ha aceptado retirarse de Lashio, capital del Estado de Shan y bastión estratégico del régimen militar, que en parte también será controlada por Beijing. Sin embargo, las tropas de la etnia que desde 2021 combaten contra el ejército birmano en clave antigolpista, permanecerán estacionadas alrededor de la ciudad y de las principales bases de la Junta, manteniendo de hecho el control de los movimientos militares en la zona.
“No se permite al régimen disparar ni un solo proyectil de artillería en la ciudad”, comentó una fuente a The Irrawaddy. “En caso de que esto sucediera, la MNDAA regresaría inmediatamente” a la ciudad, que había sido reconquistada gracias a una ofensiva conjunta de las milicias étnicas en agosto del año pasado. En Lashio se encontraba el Comando Nororiental de la Junta golpista y su conquista por parte de las fuerzas rebeldes había puesto de manifiesto por primera vez las dificultades del Ejército para hacer frente al avance de los grupos armados de la resistencia.
Tras el terremoto que azotó Myanmar el 28 de marzo, el control de la Junta se está volviendo cada vez más capilar. En los últimos días el Ministerio de Inmigración y Población de Myanmar, tras prohibir la entrada a los medios extranjeros, también ha suspendido todos los visados para turistas, aduciendo como causa principal el terremoto: “Pedimos disculpas por las molestias que esto pueda causar y agradecemos su comprensión en este momento. Se hará un anuncio público cuando se reanude el servicio”. Los funcionarios militares también habían informado la semana pasada que los equipos de rescate extranjeros no pueden operar de forma autónoma en Myanmar sino que necesitan una autorización previa, que se concederá sólo si colaboran con las autoridades.
En Lashio, un comandante de la MNDAA seguirá gestionando el comité administrativo local según lo previsto en los acuerdos mediados por Beijing, que también estipulan que un representante chino permanezca monitoreando la situación. El hospital público de la ciudad también será gestionado conjuntamente por el gobierno chino y el Ejército Unido del Estado Wa (UWSA), una organización armada cercana a Beijing. Por su parte la MNDAA informó que había trasladado equipos médicos del hospital de Lashio a la estructura de Hsenwi, bajo su control.
China está interesada en controlar la ciudad porque es un centro clave para el comercio con Myanmar, y para presionar a la MNDAA había amenazado con cerrar todos los pasos fronterizos, de los que depende parte de la población local. Mientras tanto, el Estado birmano se enfrenta a una creciente fragmentación, donde cada región reconquistada es administrada por una milicia étnica diferente. A Beijing sólo le interesa estabilizar las áreas fronterizas que son cruciales para garantizar el comercio y el desarrollo de proyectos de infraestructura.
Entre los residentes de Lashio crecen los temores de represalias contra aquellos que han colaborado con la administración de la MNDAA o se adhirieron al Movimiento de Desobediencia Civil, el movimiento de protesta que surgió después del golpe de Estado militar de 2021. Otros temen ser reclutados por la fuerza por el Ejército, que en los últimos meses ha impuesto el servicio militar obligatorio para aumentar sus tropas, debilitadas por más de cuatro años de guerra civil. Por otra parte, The Irrawaddy afirmó que los rumores sobre la retirada forzada de la MNDAA habían desatado el mes pasado una “protesta silenciosa” contra Beijing.
Entre tanto las milicias étnicas han registrado nuevas victorias en el Estado de Chin. Ayer la Hermandad Chin, que comprende varios grupos armados, tomó el control total de la ciudad de Falam, tras un asedio que duró cinco meses. Según fuentes locales, las fuerzas rebeldes están dedicadas a la limpieza de la ciudad, mientras que los drones y los aviones de reconocimiento de la Junta continúan sobrevolando la zona.
Falam también es un nudo estratégico fundamental, porque se encuentra sobre la ruta de conexión terrestre entre el comando operativo regional de la Junta en Kale (en la región de Sagaing) y el de Hakha, capital del Estado de Chin. “Su caída aísla la guarnición militar de Kale, separándola de Hakha”, explicó Zin Yaw, ex oficial del Ejército.
El Ejército para la Independencia Kachin, por su parte, hoy conquistó la ciudad de Indaw, en el norte de la región de Sagaing (una de las áreas más afectadas por el terremoto de los últimos días), en la frontera con el Estado de Kachin, tras casi nueve meses enfrentamientos. "Los aviones de combate de la Junta bombardeaban ininterrumpidamente, así que llevamos a cabo una incursión nocturna para apoderarnos de la base. Ellos sufrieron pérdidas significativas y nosotros capturamos una gran carga de armas y municiones", afirmó un combatiente rebelde a los medios locales.
01/09/2021 15:28