Caritas Myanmar: Minoría, pero testigos del amor de Cristo
Los católicos son 750 mil, poco más del 1% de la población birmana. El brazo social y humanitario de la Iglesia fue fundado en el año 2001 y puede contar sobre 725 voluntarios. Educación, emergencias, salud, protección social y sustento son sus campos de trabajo. Las crisis en los Estados de Kachin y Rakhine exigen dos acercamientos diversos.
Roma (AsiaNews)- En un contexto multiétnico y multirreligioso como lo es Myanmar, la misión de los voluntarios de Caritas es “testimoniar el amor de cristo hacia los últimos, a cuántos están perdidos o a los más pobres entre los pobres”. Lo declara a AsiaNews el director nacional de Caritas Myanmar (en la Foto a la derecha). Richard Win Tun Kyi estaba entre los cerca de 400 participantes en la XXI Asamblea general de Caritas Internationalis, que se desarrolló en Roma entre el 23 de mayo pasado hasta hoy. “Ya desde la fundación- afirma- Caritas Myanmar está muy atenta a la diversidad de los pueblos que componen nuestra nación pero afirma con orgullo la pertenencia a la Iglesia y la fidelidad a sus obispos. Quienes nos guían son los principios sociales de la doctrina católica”.
En Myanmar, los católicos son 750 mil poco más del 1% de la población. Conocida en la patria con el nombre de Karuna Mission Social Solidarity (KMSS), la organización realiza bajo mandato de la Conferencia episcopal de Myanmar (CBCM) desde 2001. Cinco son los ámbitos principales que ven comprometidos los cerca de 725 voluntarios de KMSS: educación, reducción del riesgo de catástrofes y respuesta a las emergencias, salud y protección social y sustento. Por el momento, en todo Myanmar están en curso diversas emergencias humanitarias. “Entre las más relevantes-subraya Win Tun Kyi – está aquella en el Estado de Rakhine, donde a la crisis que afectó a la población Bengalí-Rohinyá y los rebeldes de Arakam Army (AA); y el conflicto étnico que arde en el Estado de Rakhine y en el norte de Shan”.
Los contextos sociales, étnicos y religiosos que caracterizan las dos crisis difieren. Ellos obligan a Caritas Myanmar a adoptar acercamientos diversos, pero que tienen una cautela un mínimo común denominador. “En Kachi y en Shan-explica Win Tun Kyi – la Iglesia puede contar con una fuerte presencia, debida al alto porcentaje de cristianos (católicos y bautistas). Tres son las diócesis interesadas en modo directo por los combates: Myitkyina, Banmaw y Lashio. La gran actividad de la comunidad católica, en términos de obras pastorales y sociales, contribuyó en radicar la KMSS en el territorio ya desde los primeros años del 2.000. Por esto, cuando en 2011 reiniciaron los enfrentamientos armados, estamos en grado de responder a la emergencia en modo inmediato”.
“Esto fue posible también porque las dos facciones en campo- el Tatmadaw (el ejército birmano) y el Kachin Independence Army (Kia) – perciben a la Iglesia como una institución neutral. Gracias al ‘factor confianza’, hemos logrado promover un importante programa de asistencia humanitaria”. No obstante esto, somos muy cautos porque caminamos sobre una línea muy sutil. En todas intervenciones humanitarias, tratamos ante todo de concentrarnos sobre las personas que sufren a causa del conflicto. Estas son sobre todo los crce 60 mil, de los más de 120 mil totales, evacuados internos (IDPS) que logramos asistir en las áreas no controladas por el gobierno. Nuestras ayudas están destinadas exclusivamente a los refugiados”.
El caso de Rakhine es un contexto al cuanto diverso para la iglesia. Aquí los católicos son una minoría exigua: en toda la diócesis de Pyay, responsable para esta región del país, hay sólo 8 mil fieles sobre una población de 2 millones de personas. “No obstante estos números-declara el director nacional- KMSS inició ya en 2003.2004 sus actividades en Rakhine. Este es uno de los territorios más pobres y difíciles de todo el país. En 2009, cuando las tempestades tropicales devastaron la región, nos pusimos al servicio de todas las comunidades, musulmanes Bengali, budistas Rakhine y grupos de etnia Chin. Así logramos establecer un punto de apoyo en Rakhine, pero lamentablemente las tensiones étnico-religiosas nos obligan a tener una gran cautela. Ellas se refieren sobre todo a los musulmanes y budistas pero no podemos permitir que nuestro trabajo sea una excusa para involucrar también a los cristianos, que ya son mirados con sospecha por las autoridades y los extremistas.
01/09/2021 15:28