Cardenal Sako: Reconstruir la unidad de los cristianos y de Irak. Urge contar con un sacerdote en Mosul

de Dario Salvi

Hoy, en el Vaticano, el primado caldeo recibe la púrpura de manos de Francisco. El nombramiento es un “respaldo” a las Iglesias orientales y una nueva invitación “al diálogo y a la reconciliación”. La esperanza de que en Irak también puedan surgir “escuelas, institutos y hospitales cristianos”, como signo tangible de la presencia. La beatificación del P. Ragheed, “ejemplo de sacrificio, que da frutos”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Reforzar la unidad de los cristianos, recuperar el principio de ciudadanía como elemento común a todos los iraquíes y apoyar la obra de reconstrucción de las viviendas y de las personas, que han quedado devastadas por la guerra y por la violencia yihadista. Éstos son algunos de los objetivos trazados por el patriarca caldeo mar Louis Raphael Sako, que hoy , en el Vaticano, recibirá la birreta cardenalicia de manos del Papa Francisco. Y la tarea de nombrar lo antes posible a un sacerdote, para la parroquia de San Pablo, en Mosul. Una personalidad “fuerte y autorizada”, asegura el flamante purpurado, que “será elegida antes de que termine el verano”, que sea signo y garantía “de estabilidad”.

AsiaNews se reunió con el primado caldeo, a pocas horas de la ceremonia. A continuación, transcribimos lo que él nos ha contado:

Patriarca Sako, ¿qué valor tiene el nombramiento cardenalicio para la Iglesia iraquí?

Con esta decisión, el Papa Francisco quiso dar una fuerte señal de apoyo a las Iglesias orientales. El nombramiento va en esta dirección. Además, es un mensaje dirigido a los cristianos iraquíes, quiere decirnos: ‘Si bien no puedo viajar hasta allí, estoy cerca de ustedes, los aliento a permanecer y a esperar, a tener paciencia, y a dedicarse con empeño para cambiar la situación”. Por último, es un llamamiento dirigido a la clase política iraquí; todos saben la importancia y la influencia que ejerce el Vaticano a nivel internacional. Los musulmanes han tomado este nombramiento como una nueva invitación a la reconciliación, al diálogo, al compromiso común en favor del resurgimiento de la nación. Una decisión de alto valor simbólico, tal como fue, en su momento, el nombramiento del nuncio apostólico en Siria, Mario Zenari, como cardenal.

¿Cuáles son sus objetivos para el futuro próximo?

Ante todo, la unidad de los cristianos, que es una cuestión delicada debido a la profunda fragmentación que ha caracterizado a nuestra Iglesia durante largo tiempo. Y luego, la unidad de los iraquíes en cuanto ciudadanos, con iguales derechos e iguales deberes, ateniéndose a lo que marca el principio de la ciudadanía. Por último, trabajar por un futuro mejor, empezando por la obra de reconstrucción material y cultural. En este sentido, es importante que haya una mayor presencia a nivel de relaciones con la Iglesia occidental, el intercambio cultural, el surgimiento de institutos, dispensarios y hospitales cristianos, como, de hecho, ya está ocurriendo en las otras naciones del área (como Siria y el Líbano). Durante demasiado tiempo, nos hemos sentido aislados, y por eso, es importante que hoy nos abramos al mundo, y que cada vez haya más personas provenientes del exterior. Necesitamos ayudar a esta Iglesia caldea, que es una de las más antiguas, a ser un signo visible a través de obras y proyectos.

¿Un renacimiento que puede comenzar justamente desde Mosul, que durante mucho tiempo fue el bastión del Estado islámico (EI, ex ISIS) y donde se consumaron las peores atrocidades yihadistas?

¡Exacto! Para hacer que renazca Mosul es fundamental reconstruir edificios y viviendas e incentivar a las personas para que regresen. Luego es necesario reconstruir al hombre, ante todo a nivel psicológico y social, a través de caminos de integración y diálogo. Por último, garantizar el trabajo, acelerando la reanudación de las actividades comerciales, industriales, los micro-emprendimientos y el artesanado local.

¿Cómo está la situación en la ciudad?

Aún sigue habiendo muchos episodios de destrucción, pero entre los mismos musulmanes hay un nuevo impulso tendiente a recomenzar, a reaccionar frente a los desastres del ISIS. Hay que educar a la gente a abrirse, para garantizar el respeto de las leyes, favorecer la educación y evitar las derivaciones extremistas en el abordaje de la fe.

En este sentido, es fundamental el regreso de los cristianos, tanto de los fieles como del clero…

Ciertamente, es por eso que en breve, voy a nombrar a un cura en la parroquia de San Pablo de Mosul, que volverá a vivir allí, de un modo estable. Será una personalidad fuerte y autorizada, que elegiremos antes de que termine el verano. Hoy, la situación ha cambiado y ha llegado el momento de reconstruir la comunidad, asegurándole estabilidad. Queremos dar un mensaje fuerte, decir que hemos vuelto, alentando de esta manera, también, a las personas, para que regresen, en primer lugar a los estudiantes universitarios.

En las últimas semanas, el Vaticano también dio a conocer la autorización para dar curso a la causa de beatificación del Pbro. Ragheed Ganni, ¿esto también puede infundir confianza y esperanza?

Su historia y su sacrificio, común el de tantos otros sacerdotes, diáconos y obispos, como por ejemplo Mons. Rahho, testimonian que la Iglesia iraquí es una historia continua de mártires. Esta beatificación, que debiera concluirse en tiempos breves, dará nuevas fuerzas a la comunidad local. Es un recordatorio, para hacernos entender que esta sangre no es derramada en vano, sino que es fruto del amor, y traerá paz.

Su Beatitud, las recientes elecciones han dado lugar a un clima de incertidumbre en el país, con acusaciones de fraude y denuncias. ¿Qué perspectiva tiene en relación a esto?

En este momento, la situación es complicada y tensa, se están librando luchas de poder y por el dinero, la corrupción sigue siendo una de las enfermedades endémicas del país. Sin embargo hay algunas señales claras: en las últimas elecciones, se registró un porcentaje más alto de nuevos candidatos que han hecho su ingreso al Parlamento por primera vez. Y esto genera miedo en cuantos, hasta ahora, han mantenido las redes del poder, y es por esto que se han alzado todas estas voces clamando fraude, acusaciones de fraude, impugnaciones. Pero estoy seguro de que al final, surgirá un gobierno fuerte, con una impronta civil y libre de sectarismo. Hoy hay una mentalidad distinta, en comparación con el pasado, y esto quizás esté determinado precisamente por una crisis general, económica y moral. Y es que según veo yo, la situación actual a nivel mundial está determinada precisamente por esta crisis de valores, en particular entre los cristianos, que se esfuerzan por reivindicar su propia identidad y pertenencia, frente al orgullo que muestran los musulmanes.

Patriarca Sako, ¿cómo se imagina Ud. El futuro próximo para Irak y para su Iglesia?

Estamos viviendo una etapa de grandes desafíos, miedos y esperanzas. Tenemos que seguir con el idioma del diálogo con los musulmanes, pero no en base a principios abstractos, a un nivel académico, sino según una relación actual, concreta, que se vive día a día. Tenemos que tratar de ayudarlos a corregir las derivaciones islamistas, favoreciendo el respeto de todos y la protección de las realidades más débiles y marginadas. Quizás sea un pasaje lento, pero yo creo en este pequeño milagro e incluso lo veo en las relaciones que se han ido creando no sólo entre el Papa Francisco y las grandes personalidades del islam, como el gran imán de al-Azhar, sino también a nivel local, con un lazo cada vez más profundo que se ha ido creando con las más altas autoridades sunitas y chiitas de Irak. Defendiendo con las palabras y con los ejemplos, ciertos valores absolutos como los derechos humanos, la libertad religiosa, también y sobre todo, en los países donde la mayoría de la población es musulmana, y el principio de la ciudadanía, pero separado de la religión.