Bangkok: Prayuth establece reglas para el reconocimiento de las parroquias

de Steve Suwannarat

Se instituyó una comisión y ciertos criterios para el reconocimiento de las comunidades católicas, la mayoría de las cuales actualmente no tienen personería jurídica. Sacerdote residente y 200 fieles como mínimo son algunos de los requisitos. Portavoz de la Conferencia Episcopal: "La antigua ley se remonta a 112 años atrás, cuando sólo existía la diócesis de Bangkok. Era necesario actualizarla".

Bangkok (AsiaNews) - El gobierno tailandés ha emitido un decreto por el cual el primer ministro Prayuth Chan-ocha establece una comisión que tiene la función de otorgar o no el reconocimiento oficial del gobierno a una parroquia católica. La disposición - con fecha 2 de junio - fue publicada hace pocos días. Actualmente hay muy pocas parroquias reconocidas por las autoridades en el país, que tiene menos de 400 mil bautizados y una población de 70 millones de habitantes.

Chainarong Monthienvichienchai, jefe de la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal de Tailandia, explicó a AsiaNews: "En 112 años la Iglesia en Tailandia ha crecido y se ha consolidado sobre la base de una antigua ley que otorgaba personería jurídica a la Misión Católica de Bangkok, concediéndole el uso de terrenos y escuelas. Desde entonces, sin embargo, la Iglesia se ha desarrollado sin que hubiera una evolución de su condición legal, que ahora resulta necesaria”. Palabras teñidas de pragmatismo y también de cierto optimismo sobre la posibilidad de que la nueva ley permita una mayor certeza sobre la constitución de las parroquias y la construcción de nuevas iglesias en el País de la Sonrisa. Tailandia está viviendo una difícil transición social, política y económica, agravada por la crisis pandémica que no ayuda a encontrar soluciones a cuestiones pendientes desde hace tiempo.

El texto original (en tailandés) establece una serie de criterios para erigir una nueva parroquia. Debe estar situada - dice - en una localidad donde un sacerdote pueda establecer su residencia y desempeñar sus funciones religiosas de manera ordinaria; el sacerdote debe residir en ese lugar; debe estar a 20 kilómetros como mínimo de otras parroquias católicas; al menos 200 cristianos deben residir en la zona; se debe demostrar con razones suficientes que los feligreses de esa zona pueden proveer a su mantenimiento. Si existen razones suficientes, la diócesis solicitante puede pedir que se la exima de los requisitos de residencia del sacerdote y el número mínimo de fieles.

Una vez obtenido el visto bueno de la comisión, la propuesta de erección de la parroquia pasa al Ministro de Cultura, quien a su vez la presenta al Consejo de Ministros. En caso de acuerdo, el titular de Cultura prepara el decreto oficial de erección. El Departamento de.

Cultos elaborará una lista anual de todas las parroquias (direcciones, terrenos que posee y los sacerdotes que residen en ellas). En cuanto a las parroquias que ya existen pero que no están reconocidas, las diócesis deben presentar la solicitud de reconocimiento en un plazo de dos años desde la aprobación del decreto.

El procedimiento bastante complejo y las limitaciones impuestas han dado lugar a opiniones contrapuestas, pero se espera que esta novedad garantice mejor las necesidades de la comunidad católica. El mismo Chainarong señala que "el desarrollo de la Iglesia ha llevado a la creación de nuevas diócesis, la construcción de nuevos edificios religiosos, incrementar la extensión de los terrenos que se utilizan y a dar vida a más de 300 iniciativas educativas sin que a muchas instituciones se les haya concedido la propiedad legal de los bienes y de las obras”. Explica que la ley vigente fue redactada en otra época:“ No es de extrañar que haga falta una legislación actualizada que reconozca la situación de este momento y brinde mayor seguridad y garantía para el futuro”.

Por último, Chainarong hace notar que pasa mucho tiempo hasta que los gobiernos llegan a aplicar las nuevas leyes: “Sobre todo cuando, como en este caso, hay que incluir cuestiones aparentemente menores pero no menos importantes que obligan a largas negociaciones entre los representantes del gobierno y la Conferencia Episcopal".