Bangkok y la violencia doméstica: «Simplemente cállate»
Un informe de la Fundación Fortalecer los Derechos y Promover la Igualdad Social denuncia la magnitud del fenómeno (1 de cada 6 tailandesas declara haber sido víctima), pero también los prejuicios que impiden combatirlo. «Las leyes no bastan, también es necesario garantizar el acceso a sus herramientas».
Bangkok (AsiaNews) - Las estadísticas oficiales indican que una de cada seis mujeres tailandesas que viven en una relación heterosexual ha sufrido alguna forma de violencia doméstica. Una cifra que -aunque probablemente subestimada, debido a la persistente dificultad de muchas para compartir de qué son víctimas- representa el 65% de todos los casos denunciados en el país. Además, como confirma el Ministerio de Desarrollo Social y Seguridad Humana, el 35% de los tailandeses en la franja de edad de 10 a 20 años son víctimas de agresiones en la familia, casos identificables como maltrato infantil.
Frente a lo que muchos llaman «una epidemia de violencia», el sistema judicial tailandés no parece capaz de proporcionar justicia a las víctimas ni de protegerlas adecuadamente, ni siquiera centrándose en la prevención. Muchos magistrados o abogados carecen a menudo de un conocimiento adecuado de los instrumentos jurídicos disponibles. Como confirma la activista Supensiri Puengkhoksung, «la violencia doméstica es un problema solucionable y la justicia un derecho fundamental, pero la ley debe garantizar primero el acceso a sus herramientas».
Por ello, sugiere el informe publicado ayer por la organización de derechos humanos Fortify Rights y la fundación tailandesa de protección jurídica de la mujer Social Equality Promotion Foundation, de la que Supensiri es directora, «el gobierno de Tailandia debe elaborar y aplicar una legislación de protección de las víctimas basada en los derechos que garantice a éstas el acceso a la justicia y a soluciones eficaces»,
Es significativo en el informe el relato de la respuesta dada por la policía a una joven superviviente a la que se refiere como «Wow», cuando tras años de abusos por parte de sus padres decidió finalmente denunciarlos: «Después de escuchar a mi madre me dijeron que yo era su hija y que no debía luchar contra ellos, sino escucharlos. «Compórtate como una buena hija y mantén la calma: cuando se enfaden, simplemente quédate callada».
La urgencia de una legislación más adecuada surge, por tanto, no sólo de las estadísticas (que deberían ser en sí mismas una acusación y una solicitud para las autoridades), sino también de las lagunas de la ley y de la constatación de que las convenciones sociales que a menudo regulan las relaciones de convivencia violan las obligaciones asumidas por el país ante la comunidad internacional. Empezando por la participación en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, adoptada en 1979, de la que Tailandia es signataria y que cuenta con un representante tailandés entre los 23 miembros de su Comité de Expertos.
09/11/2023 12:37