Bangkok reanuda conversaciones con Kuala Lumpur sobre los separatistas musulmanes

de Steve Suwannarat

El viceprimer ministro tailandés se reunió con el ex comandante de las Fuerzas Armadas de Malasia, que tiene la función de mediador en el conflicto con los independentistas en las tres provincias del sur, de mayoría islámica. El enfrentamiento ha dejado más de 10.000 muertos en los últimos veinte años. El gobierno de Bangkok ha abierto la posibilidad de revocar los decretos de emergencia, pero todavía quedan muchos obstáculos en la negociación.

Bangkok (AsiaNews)- El gobierno tailandés, que asumió a principios de septiembre de 2023, está tratando de reiniciar las conversaciones para conseguir la paz y la estabilidad en el convulsionado sur del país, donde se encuentran las tres provincias de mayoría musulmana (Narathiwat, Pattani y Yala) que limitan con Malasia.

Este ha sido el propósito de la reunión que tuvo lugar ayer entre el viceprimer ministro Somsak Thepsuthin y el ex comandante de las Fuerzas Armadas de Malasia, general Zulkifli Zainal Abidin (en la foto), que cumple las funciones de mediador entre el gobierno de Bangkok y la coalición de grupos independentistas rebeldes Barisan Nasional Revolusi. Somsak lo describió como un diálogo "destinado a promover un mejor entendimiento entre las autoridades tailandesas y malayas implicadas en las negociaciones de paz", que sirvió sobre todo para confirmar la voluntad de la parte tailandesa de mantener abiertas las negociaciones tras un período de estancamiento, a pesar de la reanudación de la guerrilla y la consiguiente represión en enero de 2004, así como la gestión manu militari de sucesivos gobiernos formados o controlados por hombres del Ejército.

El Gobierno en ejercicio, surgido de una mayoría que se formó por una alianza sin precedentes entre "civiles" y promilitares, intentaría ahora poner fin a la larga serie de decretos de emergencia impuestos con dureza y a menudo de forma indiscriminada en las zonas más sensibles de las tres provincias, reemplazándolos por la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, menos afectada por la prioridad de las fuerzas de seguridad. El viceprimer ministro se mostró convencido de que esta solución conducirá a mejorar el ambiente social y político en la región haciéndolo más favorable a la superación de los problemas.

Ante la necesidad de cerrar una página de conflicto abierta desde que terminó la Segunda Guerra Mundial y que ha costado más de 10.000 víctimas en los últimos veinte años, persisten obstáculos para alcanzar una solución pacífica dictados por necesidades e intereses de distinto tipo. Las conversaciones de este miércoles tampoco condujeron a la definición de un calendario sobre los próximos pasos que puedan incluir al Barisan, sino sólo a la decisión de iniciar todos los procedimientos necesarios en previsión de una ventana temporal oportuna. Ya en febrero podría abrirse una oportunidad -si las partes en conflicto lo permiten-, que a su vez podría dar lugar a una consulta pública sobre las perspectivas de una solución política que ponga fin a la violencia y la represión que impiden el pleno desarrollo de zonas que, por geografía y recursos disponibles, tienen amplias posibilidades de salir de la pobreza.