Bangkok, victoria de los progresistas: los tailandeses retoman las protestas de 2020

El Phak Kao Klai (Move Forward Party), liderado por Pita Limjaroenrat, obtuvo la mayoría de los escaños, pero deberá entrar en coalición para gobernar, probablemente aliándose con el Pheu Thai, que quedó en segundo lugar. La participación, cercana al 80%, indica la voluntad de dar confianza al movimiento que sacó a la calle a los jóvenes contra los generales. Fuentes locales: "El Senado respetará la elección del premier, la verdadera oposición tendrá que ver con a la desmilitarización y a la nueva Constitución".

Bangkok (AsiaNews) - Con la votación de ayer, los electores tailandeses mostraron su voluntad de rechazar casi una década de gobierno pro-militar, señalando el camino para "seguir adelante": liderado por Pita Limjaroenrat, de 42 años, el Phak Kao Klai, conocido internacionalmente como el Move Forward Party, obtuvo 151 escaños gracias a 14 millones de votos, seguido por el Pheu Thai con 10,6 millones de votos y 141 escaños. Los dos partidos de la oposición ya señalaron la posibilidad de entrar en coalición frente a las formaciones más conservadoras y pro-monárquicas. El partido Bhumjaithai obtuvo 71 escaños, el conservador Palang Pracharath -que anteriormente había apoyado al actual primer ministro Prayut Chan-o-cha- 40 y el nuevo partido fundado por el premier, el United Thai Nation Party sólo 36.

De inspiración progresista y partidario de una nueva Constitución que limite el poder de la monarquía y de la junta militar, el Move Forward Party (MFP) encarna los ideales de las protestas que estallaron entre 2020 y 2021 contra el Gobierno del primer ministro y ex general Prayut Chan-o-cha tras la disolución del Future Forward Party -el predecesor del MFP- por orden de la Corte Constitucional. Los manifestantes, entre los cuales muchos jóvenes y adolescentes, exigían una reforma de la monarquía y la abolición del delito de lesa majestad, que castiga los insultos a la familia real con penas de hasta 15 años de cárcel. Los defensores de los derechos humanos señalaron que se utiliza a menudo contra activistas y opositores políticos y que en las cárceles tailandesas, a la espera de juicio, hay también algunos menores.

La participación en los comicios fue de casi el 80%: según fuentes locales, se trata de una señal importante, que indica en el instrumento democrático la voluntad de llevar adelante las demandas de las manifestaciones que el ejército reprimió por la fuerza.

El partido Pheu Thai, vinculado a la dinastía Shinawatra, que había ganado todas las elecciones generales desde 2001, postulaba a la hija del ex primer ministro Thaksin, Paetongtarn Shinawatra, que hasta hace unas semanas se consideraba la favorita. Sin embargo, según los comentaristas, fue penalizada por no distanciarse claramente de los partidos conservadores y pro-militares, manteniendo una posición ambigua.

A menos de 10 días de la votación, los sondeos señalaban que se imponía Pita Limjaroenrat, que prometió a la generación más joven, testigo de dos golpes de Estado en 2006 y 2014, devolver a los militares a los cuarteles e iniciar el proceso de redacción de una nueva Constitución. Según fuentes locales, a Occidente le cuesta entender los distintos golpes de Estado en Tailandia, que "más que anticonstitucionales, son supraconstitucionales". En efecto, las fuerzas armadas tailandesas dependen del rey, no del Ministerio de Defensa: "Los generales hicieron los golpes con el permiso del monarca", defendiendo así la monarquía -gobernada actualmente por el rey Rama X- y la Constitución vigente.

El líder del MFP parece destinado a convertirse en el próximo primer ministro, aunque el camino hacia el cambio está actualmente sembrado de obstáculos. Aunque creció en una familia de políticos y funcionarios (su padre fue asesor en el Ministerio de Agricultura y su tío ayudante del ex primer ministro Thaksin Shinawatra), Pita afirma que empezó a interesarse por la política durante un periodo de estudios en Nueva Zelanda cuando era adolescente. Después de graduarse en la Universidad Thammasat de Bangkok, obtuvo un máster en Harvard y otro en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Fue director ejecutivo de la empresa de aceite de arroz de su familia y director de la aplicación de delivery Grab Thailand.

Hace quince días se abrió una investigación contra el ex empresario, acusado de poseer acciones no declaradas en una empresa de medios de comunicación, y la Comisión Electoral dispone ahora de 60 días para certificar los resultados de las elecciones, un plazo suficiente para descalificar a algunos candidatos. La oposición más fuerte podría venir entonces del Senado: tras el golpe de Estado de 2014 encabezado por Prayut, que abandonó su uniforme militar para vestirse de civil tras las elecciones de 2019, la Junta Militar designó a los 250 miembros de la Cámara Alta, que después de la anterior ronda electoral habían votado en bloque a favor del nombramiento del ex general como primer ministro. El futuro primer ministro, para serlo, necesita al menos 376 votos del Parlamento.

"Probablemente", continúan los comentaristas locales, "el Senado no se opondrá al resultado de las elecciones, porque está claro que al MFP no sólo lo votaron los jóvenes. La población está cansada de los golpes de Estado y exige un cambio radical respecto al pasado. Pita ya ha dicho públicamente que sería muy antidemocrático oponerse a la elección popular. Así que es probable que surjan dificultades más adelante, cuando las propuestas individuales se debatan en el Parlamento. El MFP no sólo está a favor de políticas progresistas, sino que reclama una "desmilitarización del país". Para avanzar, queda por ver hasta qué punto la monarquía y el ejército estarán dispuestos a hacer concesiones.