El papa partió hacia Roma desde la metrópoli del sudeste asiático, cuarta escala de su largo viaje por Asia y Oceanía. «Las religiones son lenguajes diferentes en el camino hacia Dios. Si dialogan como jóvenes, dialogarán también como adultos, como ciudadanos, como políticos. Asuman riesgos, no tengan miedo». A los ancianos y enfermos: « Su oración es muy importante ante Dios».
La celebración se llevó a cabo en el Estadio Nacional ante decenas de miles de fieles. Francisco señaló la imagen de "las grandes y audaces arquitecturas" de la metrópoli para invitar a mirar la verdadera fuente de la vida y la belleza. “La inversión más rentable a los ojos de Dios somos todos nosotros: hijos amados del mismo Padre”. La referencia a san Francisco Javier, que vivió durante mucho tiempo en la península de Malaca, para recordar que fue el primero que anunció el Evangelio a los pueblos de Asia.
En su discurso ante las autoridades de la encrucijada comercial y financiera del Sudeste Asiático, Francisco elogió el modelo de paz y colaboración entre diferentes pueblos que encarna la ciudad-Estado. Aunque también pidió un "salario justo" para los inmigrantes y atención a las relaciones familiares y humanas en las metrópolis del mundo digital. Un modelo de un "multilateralismo basado en normas comunes para todos" en el mundo actual desgarrado por los conflictos.
El P. Bruno Saint Girons, misionero francés del MEP, fue durante 15 años en la metrópoli del sudeste asiático que actualmente visita el Papa. Habla con AsiaNews sobre la vida cotidiana de sus comunidades. Y expresa un deseo: "Me gustaría que esta gran ciudad aprendiera de Francisco a no juzgar, sino a escuchar a todos".
Mientras todo el país tiene aún en sus ojos a las más de 600.000 personas de la misa de ayer, esta mañana -en su última cita en Timor Oriental- Francisco se ha reunido con los jóvenes, invitándoles a «hacer ruido» para construir el futuro sin dejarse vencer por el individualismo. A continuación, salida hacia Singapur, donde el pontífice llegó a primera hora de la tarde.
La ciudad-estado - que está esperando la llegada del Papa Francisco - ha establecido por primera vez un plan de recualificación para los trabajadores de nivel profesional medio-bajo, actualmente muy expuestos a las dificultades económicas vinculadas a las transformaciones que han generado las crisis internacionales. A partir de abril de 2025 recibirán subvenciones de 6.000 dólares singapurenses durante seis meses, acompañadas por cursos de formación.