Los desplazamientos siguen siendo limitados, y todavía hay mucho miedo en Myanmar después del terremoto del 28 de marzo que devastó las regiones centrales del país. Además de las réplicas, también continuaron los bombardeos del ejército. "Es como disparar a un herido", comenta a AsiaNews la hermana Valentina Pozzi, superiora del instituto fundado por el P. Carlo Salerio que hoy cuenta con 458 religiosas birmanas. "Es un milagro que, hasta ahora, no haya habido víctimas entre nosotros".
Una operadora humanitaria cuenta a AsiaNews los desastres provocados por el terremoto. Personas que duermen a la intemperie aterrorizadas por cientos de réplicas. El testimonio de los salesianos en Anisakan en un contexto agravado por los bombardeos de la junta birmana. Los riesgos de contaminación ambiental en el agua y el lodo.
Podrían ser muchísimos los muertos tras el sismo de magnitud 7.7 que ha sacudido el país, ya devastado por cuatro años de guerra civil. Fuentes locales informan el derrumbe de templos, mezquitas e iglesias, así como el colapso de puentes y edificios, algunos de los cuales alojaban a desplazados que huían de los bombardeos de la junta militar. Se encuentran cortadas las conexiones entre las principales ciudades. La oración de un sacerdote desde Myanmar: "¿Hasta cuándo, Señor?".
En la fiesta de San José tuvo lugar la ordenación episcopal de Mons. Raymond Wai Lin Htun presidida por el Card. Charles Maung Bo. Advertencia del arzobispo de Yangon contra las divisiones étnicas: «¿Podemos ceder a la tentación de tratar a los demás en función de identidades creadas por el hombre, cuando en realidad todos somos Hijos de Dios creados a su imagen?».
Los militares de Myanmar atacaron la iglesia católica de san Patricio en Bhamo, Kachin, un día antes de la fiesta patronal. En Mandalay al menos 27 personas murieron hoy bajo los bombardeos. Al mismo tiempo, la población civil también protesta contra la administración de los grupos étnicos, acusados de abusos y reclutamiento forzado. Se registra la presencia de fuerzas de seguridad chinas en Rakhine para proteger las inversiones.
Después del golpe de Estado de 2021 Myanmar ha superado a Afganistán: el valor estimado de su producción oscila entre 589 millones y 1.570 millones de dólares. La crisis económica y el conflicto armado han empujado a los agricultores y a los desplazados a reconvertir sus tierras, a pesar de los escasos beneficios. El flujo de dinero financia tanto a la junta militar como a las milicias étnicas rebeldes.