Mons. Celso Ba Shwe -obispo de Loikaw- participó en la celebración que cada año, el tercer domingo de noviembre, recuerda el vínculo de solidaridad entre los católicos japoneses y la Iglesia de la antigua Birmania, ahora herida por la guerra. Apoyo a las escuelas de la selva a través de la iniciativa Semillas de Esperanza. Arzobispo Kikuchi: «La esperanza brota de los corazones de quienes caminan juntos».
El general birmano al frente del ejército golpista se reunió con el primer ministro chino Li Qiang durante una cumbre de dos días sobre la región del Mekong. De las declaraciones chinas se desprende la atención a los proyectos de infraestructuras amenazados por el conflicto civil. Una cuestión que Beijing también discute con las milicias que controlan las fronteras y el comercio de tierras raras.
Al menos 435 personas fueron asesinadas por el ejército en los nueve primeros meses del año. En 2021 fueron 113. A ello se suman los ataques de artillería y los ataques aéreos contra casas, escuelas y edificios religiosos, así como las masacres y los incendios provocados por las tropas sobre el terreno. La junta utiliza el miedo como arma. Al menos mil civiles atrapados en los combates en el estado de Rakhine.
Una granada impactó el viernes en la representación de Beijing. No se registraron víctimas. La junta militar birmana dijo que iniciaría una investigación para identificar a los responsables. En los últimos días ha crecido en Myanmar el descontento con China, que pidió a las milicias étnicas que dejen de luchar en el Estado de Shan.
El activista de derechos humanos explica a AsiaNews que las elecciones con las que amenaza la junta militar "son sólo propaganda, ¿cómo pueden supervisarlas los mismos que no respetaron las elecciones de 2020?". Pide "acciones concretas" a la comunidad internacional: "El ejército debe rendir cuentas de la violencia que ha cometido con impunidad". Esperanzas en un país democrático y de unidad entre los grupos étnicos: "Es el momento de demostrar que no estamos divididos".
El conflicto étnico que ya dura un año y medio en el Estado nororiental de la India también es alimentado por rumores falsos. El último hablaba de "al menos 900 milicianos" que se habrían infiltrado desde el vecino Myanmar para luchar contra los Meitei, reconstrucción desmentida personalmente por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Delhi: "Los birmanos que llegan están desarmados y buscan refugio de la guerra".