Para alcanzar el nivel medio-alto de desarrollo en la próxima década, se necesitan mayores inversiones en el sector energético. Para sus partidarios, la energía nuclear garantizaría una energía estable y "limpia", mejorando el medio ambiente en un momento crítico para las energías renovables tradicionales. Moscú y Beijing son los socios fundamentales para el desarrollo de infraestructuras.
Hoy Moscú se toma su tiempo para poder hacer la proclamación de la Victoria el 9 de mayo. Pero la sintonía con Trump ya le proporciona de todos modos lo que esperaba desde hace más de treinta años: el regreso de Rusia a la mesa de las superpotencias, como actor de primer plano en la arena política mundial.
En marzo de 1944, acusados de colaboracionismo con los nazis, decenas de miles de personas del Cáucaso fueron trasladadas por la fuerza a Asia Central y Siberia. Sólo después de 13 años se les permitió regresar a la actual república de Kabardino-Balkaria. Las conmemoraciones oficiales han evitado nombrar a Stalin y a los opresores soviéticos. Pero los historiadores locales invitan a reflexionar sobre la relación entre los rusos y los «pueblos menores».
La disputa de territorios septentrionales con Rusia es una constante en la historia de los últimos siglos. Pero hoy en día no existe en absoluto una prisa por parte de los habitantes de la provincia de Heilongjiang por buscar un hogar en Siberia. Más bien, el avance de Pekín pasa por el yuan, que está sustituyendo al rublo en las transacciones comerciales. Lo que está en juego son los recursos naturales
Según una investigación de la agencia Modifiers, los rusos recurren tanto a psicólogos como a representantes de las artes esotéricas en su lucha contra el estrés en estos años de guerra. Mientras que el tráfico en los sitios de astrología, adivinación y numerología aumentó en el último año un 38%, la Duma de Moscú pretende prohibir la publicidad de adivinos.
En la Universidad Mgu de Moscú, el metropolita de Crimea, considerado el clérigo más cercano a Putin, expuso su tesis que vincula el hundimiento del imperio de los zares no tanto a factores económicos como a una división de las élites inspirada por Occidente. Una reinterpretación que tiene en el centro la «defensa de los valores de Rusia» y que tiene como objetivo declarado «evitar crisis similares en el futuro del país».