En los últimos días el subsecretario de Relaciones Exteriores de la India se reunió en Dubái con el ministro de Relaciones Exteriores del Emirato Islámico. En las declaraciones se destacó la importancia de la ayuda humanitaria al pueblo afgano, pero Delhi también tiene interés en crear vínculos comerciales a través del puerto iraní de Chabahar para evitar los puertos de Karachi y Gwadar en el rival Pakistán.
Los occidentales recluidos en las cárceles de la República Islámica constituyen, con toda justicia, un caso internacional. Pero son una fracción minúscula de los más de 8.000 ciudadanos no iraníes retenidos por Teherán. En el 95% de los casos son inmigrantes afganos; más de 70 de ellos fueron condenados a la horca en 2024. Otros países de origen de los presos son Pakistán, Irak, Turquía, Azerbaiyán y la India.
A las jóvenes afganas, ya excluidas de las universidades, se les había dejado la posibilidad de asistir a institutos profesionales. Sin parteras y enfermeras, a las mujeres les resulta dificilísimo acceder a la atención médica. Los mismos días en que se conoció la decisión, el Ministro de Salud talibán se encontraba en Beijing para una conferencia (promovida por la OMS) sobre medicina tradicional.
Matuil Haq Khalis, de la agencia afgana de protección del medio ambiente, pidió el apoyo de la comunidad internacional, que había excluido a los talibanes de los encuentros internacionales durante los últimos tres años. La intensidad de las inundaciones, sumado a períodos de sequía prolongada, provoca un número cada vez mayor de desplazados internos, mientras que la agricultura rinde cada vez menos. Los proyectos de las agencias de la ONU cubren sólo un tercio de las provincias.
El ministro talibán y el embajador iraní se reúnen para discutir el regreso de los afganos a su país de origen, y se espera que envíen una "delegación" a la capital iraní. Una ONG denuncia ataques contra los migrantes en los últimos días (260 muertos y heridos según algunas fuentes) por parte de los guardias fronterizos de la República Islámica.
Muchas familias han dicho que tienen cada vez más dificultades para inscribir a sus hijos, a pesar de que tienen los documentos en regla que certifican su condición de refugiados. Millones de personas, entre ellas muchos menores, ya han sido devueltas y la campaña para expulsarlos de Irán sigue intensificándose. También se han construido los primeros 10 kilómetros del muro que dividirá a los dos países.