Según un análisis del Banco Euroasiático de Desarrollo, el país más pobre de Asia Central tardará aún treinta años en detener la emigración de sus jóvenes en busca de trabajo. Pero incluso en Dusambé, los cambios demográficos y las tensiones xenófobas en Rusia están empezando a frenar el fenómeno, con cambios que podrían empezar a notarse en unos diez años.
Postura ideal, sonrisa blanca, rostro terso combinado con una espesa cabellera gris, o incluso negra y brillante: desde Turkmenistán hasta Uzbekistán o Kazajistán, los jefes de Estado siempre aparecen en perfecta forma y llenos de vitalidad en las imágenes oficiales. Y también hay quienes utilizan Photoshop para añadir centímetros y no desentonar junto al corpulento Donald Trump.
A pesar de que más de la mitad de los recursos hídricos de Asia Central provienen de las montañas de Tayikistán, la mayoría de los residentes del país aún no tienen acceso al agua potable. Ahora, el Gobierno de Dusambé ha puesto en marcha un programa para abastecer al 72 % de la población en 2029. Pero sigue sin resolverse la cuestión de los donantes internacionales capaces de financiar realmente este plan.
El presidente Emomali Rakhmon ha concedido estos días a su hija Ozoda el título honorífico de «Trabajadora ejemplar de Tayikistán». Un ejemplo más de la costumbre de los sátrapas de Asia Central de repartir con gran generosidad entre los miembros de su familia altas distinciones, medallas y premios de todo tipo.
Este año, China se ha convertido por primera vez en el principal socio comercial de Tayikistán, con un balance que supera los 3000 millones de dólares. En la reciente cumbre de la OCS celebrada en Tianjin también se habló de la creación de un centro para la lucha contra el narcotráfico en Dusambé y se firmaron acuerdos bilaterales sobre economía digital, energías renovables y transportes.
Las celebraciones del 34.º aniversario de la recuperación de la autonomía del país tras el fin de la Unión Soviética fueron, en Dusambé, una ocasión para redescubrir el significado que se esconde tras la bandera, el escudo del país y su himno nacional, cuya melodía se remonta a una larga tradición musical local.