El 29 de diciembre expira el mandato de la presidenta Salome Zurabišvili, que apoya las protestas populares que se suceden desde hace tres semanas contra el fraude en las elecciones ganadas por Sueño Georgiano, lo que ha «congelado» el proyecto de integración europea. Pide que se convoquen nuevas elecciones para entonces, mientras que el Primer Ministro Iraklij Kobakhidze amenaza con abrir un proceso penal contra ella.
La denuncia está contenida en un extenso informe de Article18, CSW, Open Doors y Middle East Concern. Los migrantes viven un futuro incierto y el riesgo, en caso de volver a Irán, de abusos y violencia. En 2023 el 20% de las personas que pidieron asilo en Georgia procedían de la República Islámica, y el 90% huían tras convertirse al cristianismo.
La declaración del Primer Ministro Iraklij Kobakhidze de paralizar hasta 2028 las negociaciones de adhesión a la UE ha endurecido aún más el enfrentamiento, mientras que el Tribunal Constitucional ha confirmado el resultado de las disputadas elecciones. La policía está utilizando cañones de agua y gases lacrimógenos y ya ha detenido a cientos de personas. Incluso el ex primer ministro Georgij Kvirikašvili, ex presidente del partido mayoritario, se ha puesto del lado de los manifestantes.
Por primera vez desde la 'revolución de terciopelo' de 2018, el primer ministro armenio mostró su rostro afeitado de barba. Un gesto para hacer un guiño a la necesidad de 'poner el país a cero', una expresión que utilizó cada vez más para pedir 'mirar a la Armenia real y no al país de los sueños'.
En su discurso en la Conferencia de las Naciones Unidas que se desarrolla en Bakú, el Secretario de Estado del Vaticano reiteró el llamamiento del Papa Francisco para el Jubileo de 2025: "Hace falta una nueva arquitectura financiera internacional que también garantice verdaderamente a los países más pobres y vulnerables a las catástrofes climáticas, vías de desarrollo con bajas emisiones de carbono".
La oposición continúa movilizándose cada noche para denunciar las manipulaciones de los votos que habrían conducido a un nuevo éxito del pro-ruso Sueño Georgiano. Se están recogiendo documentos para una investigación internacional, mientras que el gobierno saliente se mantiene en una posición expectante, apostando por las divisiones entre los partidos y no creyendo en su capacidad para implicar realmente a la población en la protesta.