‘India sin drogas para 2047’, pero no atienden a los jóvenes drogadictos del Punjab
Las cifras en el estado del norte son alarmantes, con más del 15% de la población adicta a alguna sustancia. Después del alcohol y el tabaco, es elevado el consumo de heroína debido a la proximidad de Pakistán y Afganistán. Muchos empiezan a consumir a una edad temprana debido al subempleo y a las condiciones de trabajo alienantes. No hay confianza en los agentes de policía, a quienes se considera cómplices de los grandes traficantes.
Milán (AsiaNews) - El mes pasado, durante la primera conferencia de los jefes de los equipos antidroga de todos los Estados indios, el ministro del Interior, Amit Shah, pidió a los organismos nacionales que fueran "implacables" con los narcotraficantes, explicando que su ministerio fijó el objetivo de una India "libre de drogas" para 2047, año en que el país celebrará el centenario de su independencia: "Los narcotraficantes son los principales culpables, mientras que los consumidores de drogas son las víctimas. Debemos adoptar un enfoque implacable contra los traficantes y emprender la acción más enérgica posible contra ellos", declaró Shah, quien pidió a los líderes políticos de todos los estados que superen "la política partidista y la ideología" en este esfuerzo. A continuación, explicó que el registro de nuevos casos criminales aumentó un 181% durante los nueve años de gobierno del primer ministro Narendra Modi: "Mientras que entre 2006 y 2013 solo se registraron 1.257 casos, la cifra aumentó a 3.544 entre 2014 y 2022. Durante el mismo período, el número de detenciones aumentó un 300%, hasta 5.408, frente a las 1.363 anteriores. Durante 2006-2013, se incautaron 152 mil kilogramos de droga, que se duplicaron a 373 mil kilogramos entre 2014 y 2022".
India, efectivamente, tiene un problema con el abuso de estupefacientes: según una encuesta realizada entre 2017 y 2018 y publicada en 2019, más de 30 millones de personas consumen productos a base de cannabis, a los que alrededor de 2,5 millones de personas son adictas, mientras que al menos 22,6 millones de personas consumen opioides, y de ellos 7,7 millones necesitan ayuda. Hay 15,8 millones de niños de entre 10 y 17 años que son adictos, según el estudio del National Drug Dependence Treatment Centre, que coincide con las cifras de la ONU, según las cuales el 13% de las personas implicadas en el consumo de drogas en India tienen menos de 20 años. El estudio añade que tres de cada cuatro personas no reciben tratamiento, pero para los expertos de la salud las cifras son mucho mayores. En el caso de los menores, la trata de personas, el trabajo infantil y la explotación por parte de bandas criminales se traducen en una pésima salud mental y física que conduce al abuso del alcohol y otras sustancias.
El estado septentrional de Punjab registra unos niveles de consumo de drogas especialmente alarmantes: en los últimos seis meses del año pasado, el número de pacientes ingresados en clínicas de tratamiento por opiáceos se duplicó, pasando de 400.000 a 800.000. Pero según otros estudios, al menos 3 millones, más del 15% de la población del estado, consumen drogas, con el alcohol en primer lugar. Más del 75% de la población joven lucha contra algún tipo de drogadicción, y una de cada tres está relacionada con sustancias distintas al alcohol y el tabaco. También se calcula que alrededor del 30% de los presos de Punjab están detenidos por posesión ilegal de estupefacientes, cuyo tráfico anual se estima en 75 millones de rupias (836.000 euros).
Los jóvenes de entre 18 y 35 años son las principales víctimas del narcotráfico, activo debido a la proximidad del Punjab con la "media luna dorada", la región entre Afganistán, Pakistán e Irán. La localidad de Maqboolpura, en particular, es conocida como el pueblo de los huérfanos y las viudas, porque allí casi todas las familias han perdido a un pariente por sobredosis. Después del alcohol y el tabaco, destaca el elevado consumo de heroína, o "chitta", un derivado sintético de ésta, que llega al Punjab desde Afganistán a través de Pakistán, según señalan los expertos.
El profesor Ranjit Singh Ghuman, responsable de un estudio encargado por el Indian Council of Social Science Research, señaló que "la edad de los drogadictos es un motivo de grave y preocupante alarma, ya que el 76% se encuentra en el grupo de edad de 14 a 35 años; entre los 14 y los 45 años este porcentaje es del 93%. Aproximadamente el 5% de los adictos a las drogas empezaron a consumir a una edad temprana, entre los 7 y los 14 años. La mayoría de ellos tienen un nivel educativo muy bajo". En comparación con otros estados indios, las tasas de desempleo y pobreza, sobre todo en las zonas rurales, registran porcentajes un poco más elevados en el Punjab. Sin embargo, según el profesor Ghuman, "el subempleo, las condiciones laborales infrahumanas, el trabajo mal pagado (el fenómeno de los working-poor o trabajadores pobres) y las dificultades económicas" desempeñan un papel fundamental.
A pesar de las declaraciones políticas y del creciente número de detenciones, de las que también presumió el ministro Amit Shah, la población no confía en el Gobierno a la hora de frenar el narcotráfico: "En cuanto al papel de la policía", por ejemplo, comentó Ghuman, "el 91% de los encuestados tiene serias aprensiones y reservas. Su percepción es que, debido a la corrupción generalizada y a las presiones políticas, a la policía le falta seriedad a la hora de actuar y sólo toma medidas selectivas contra los pequeños traficantes, los consumidores y los vendedores ambulantes. En su opinión", continuó, "la policía a menudo no se atreve a atrapar a los "peces gordos", principalmente debido al patrocinio político hacia los grandes contrabandistas y al nexo nefasto entre algunos líderes políticos, algunos agentes de policía y los grandes traficantes".
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