‘Esperanza’ y ‘amor’ en las cárceles hacinadas de Manila
La tasa de congestión de los institutos carcelarios está en el 583%, el más alto del mundo. Sacerdotes, religiosas y laicos para la asistencia religiosa, psicológica y espiritual de los detenidos. Una voluntaria: “Dejen que la luz de Cristo brille sobre ellos a través de nuestro trabajo”
Manila (AsiaNews)- Sacerdotes, religiosas y laicos católicos llevan “esperanza y “amor” a las cárceles hacinadas de Manila a través de su ministerio pastoral. “Es una gran alegría ver que nuestros hermanos detrás de las rejas, no obstante el gran sufrimiento, conservan la esperanza en Dios. Rezamos para que nuestro Dios de Justicia y Misericordia nos bendiga, mientras trabajamos por una especie de justicia que cura y reforma, en cambio de una que humilla la dignidad de la persona humana”, declara a AsiaNews, Elizabeth Cruz, voluntaria laica en la cárcel ciudadana de Pasay.
Junto a curas y religiosas, desde hace 5 años Elisabeth Cruz se dedica a actividades y programas dedicados a la asistencia religiosa, psicológica y espiritual de los detenidos. “(Los detenidos) necesitan de nuestras oraciones, de apoyo y atención. Ellos buscan en Dios una fuente de consolación, de esperanza y de inspiración, afirma la voluntaria.
A tal propósito, la Comisión episcopal para la atención pastoral en las cárceles (Cbcp-ecppc) observa desde el 23 al 29 de octubre próximo la 30! semana de sensibilización sobre las cárceles, que lleva por tema “Tu amor es mi luz y mi Salvación” (foto 2). A través de la iniciativa, la Cbcp-ecppc espera lanzar el mensaje que a través del amor de Dios y la prisa de los fieles, los criminales y aquellos que están privados de la libertad pueden rehabilitarse. Esto permitirá a ellos otra posibilidad en la vida y convertirse en miembros productivos de la sociedad.
La Comisión recibe con favor la reciente movida del presidente filipino Rodrigo Duterte para mejorar la situación de los miembros de la comunidad carcelaria. La Cbcp-ecppc expresa su apreciamiento por su visita a la prisión del distrito de Manila en Bicutan y su mensaje informal con algunos de los detenidos, durante el cual prometió a ellos algunos equipamientos recreativos (Tv, ventiladores eléctricos, Ndr) que de algún modo pueden aliviar la miseria de ellos durante la detención. Los obispos filipinos además solicitan al gobierno que se considere como prioridad absoluta las reformas del sistema judicial y buscar otros modos para dispensar justicia más allá de la detención. En las diócesis del país, la Cbcp-ecppc planificó diversas actividades, preparadas por los voluntarios que sirven en las prisiones. “Conocemos los límites de los miembros de la comunidad carcelaria y trabajamos por su bienestar. “Dejen que la luz de Cristo brille sobre ellos a través de nuestro trabajo”, reafirma Elizabeth Cruz.
Mientras tanto, los medios filipinos reportan que diversas cárceles están totalmente hacinadas, escuálidas y hasta son inhumanas. En el instituto de detención de Quezon (foto 1), proyectado para una población de 800 personas, hay 2.700 detenidos y están obligados a ocupar cada espacio de la estructura. La Oficina gubernamental para la gestión de las prisiones (Bjmp) el pasado 1 de julio admitió que las cárceles nacionales están entre las más hacinadas en el mundo. De los 98 miles detenidos desde hace un año, se pasó a unos 142 mil en solas 466 personas, con una tasa de congestión del 583%. El Bjmp afirmó que este dato supera la tasa de congestión en un 454% de Haití, registrado por un estudio de la Universidad de Londres en el año 2016.
Serafin Barreto, como jefe del Bjmp, declara que dentro de fines de 2017 el número de encarcelados podría alcanzar la cuota de 200 mil. O sea 10 veces más de cuanto las estructuras del país puedan soportar. Barreto revela además que el actual número de agentes de la policía penitenciaria no es suficiente. Frente a los 11 mil agentes hasta hoy en servicio, el cuerpo necesita otras 83 unidades.