Papa: El Señor ayude a los estudiantes y a los profesores y les conceda un buen éxito
“Nosotros sin Jesús no podemos hacer nada, como los sarmientos sin la vid. Y Él - me permita el Señor decirlo - sin nosotros parece que no puede hacer nada, porque el fruto lo da el sarmiento, no el árbol, la vid". “En esta ‘permanencia’ recíproco está la fecundidad”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – A estudiantes y docentes que deben encontrar nuevos caminos para avanzar en la enseñanza: “que el Señor les ayude en este camino, les dé coraje y también un buen éxito. el Papa Francisco dedicó la oración de introducción de la misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta.
En su homilía el Papa comentó el Evangelio de hoy (Jn 15: 1-8) en el que Jesús dice a sus discípulos “permanezcan en mí”. Este permanecer no es un permanecer pasivo, un adormecimiento en el Señor: esto sería quizás un sueño beatífico". En cambio "este permanecer" es un permanecer activo, y también es un permanecer recíproco. ¿Por qué? Porque Él dice: "permanezcan en mí y yo en ustedes". Él también permanece en nosotros, no sólo nosotros en Él. Es una permanencia recíproca-prosiguió-es un misterio", "un misterio de la vida, un hermoso misterio". “un misterio de vida, un misterio bellísimo”
La vida cristiana, dijo aún, “es ir por el camino de las bienaventuranzas”, pero es también más: es este permanecer recíproco. Sin Jesús no podemos hacer nada, como los sarmientos sin la vid. Y Él - me permita el Señor decirlo - sin nosotros parece que no puede hacer nada, porque el fruto lo da el sarmiento, no el árbol, la vid". “En este “permanecer” recíproco está la fecundidad”.
"Nos hará bien pensar y reflexionar sobre esto: permanecer en Jesús y Jesús permanece en nosotros. Permanecer en Jesús para tener la savia, la fuerza, tener la justificación, la gratuidad, para tener la fecundidad. Y Él permanece en nosotros para darnos la fuerza del fruto, para darnos la fuerza del testimonio con el que la Iglesia crece".
“Que el Señor -es la oración conclusiva del Papa- nos ayude a entender, a sentir esta mística de ‘permanecer’ sobre en cual Jesús insiste tanto”.