Elisa Petra, la religiosa en motocicleta que asiste a las parturientas de Tanjung

de Mathias Hariyadi

La historia de una monja partera agustina, nativa de Java Central, que desde hace 8 años lleva adelante su obra en la diócesis de Ketapang. "Con todas mis limitaciones y conocimientos personales, como monja agustina, siempre tengo el deseo de mantener encendida la llama espiritual de mi corazón. Se trata de hacer lo que sea mejor para Dios y para el bien de los demás".

Ketapang (AsiaNews) - La diócesis de Ketapang, en la provincia de Kalimantan Occidental, es también poco conocida por la mayoría de los indonesios, que no tienen ni idea de dónde está esta diócesis y su perfil. El territorio de la diócesis de Ketapang es de hecho mucho más grande que la provincia de Java central o oriental.

Esta es la historia de Elisa Petra, una monja partera agustina que trabajaba en el área remota de Tanjung, a 5 ó 6 horas de viaje del centro de Ketapang. Por ocho años se desempeñó en una misión profesional y espiritual, encomendada por la Sisters Congregation en el área de la Salud. Las Hermanas Misioneras Agustinas holandesas iniciaron su servicio en este campo en 1955.

Esta es la "conversación" a distancia con esta monja agustina javanesa -después de un encuentro improvisado en Ketapang y en otros lugares- que se unió voluntariamente a la Sister Congregation OSA con sede en Ketapang, en Kalimantan occidental, simplemente porque "Mi conciencia se vio repentinamente alimentada por la pasión de servir a la Iglesia y a los demás”. “Mis mente y mis ojos quedaron fijos en la imagen, muy conmovedora, de una monja de pie, firme con otras hermanas en un pequeño bote de madera".

Por eso Elisa se unió a la OSA en Ketapang en vez de a otras congregaciones religiosas de monjas con base en Java. "Como también quiero dedicarme a mi camino espiritual, este tipo de servicio en áreas remotas de la provincia de Kalimantan Occidental puede ser la elección correcta para mi camino, y para servir a los demás”.

A continuación, la historia completa de la Hermana Elisa Petra, una monja javanesa que se unió a la congregación de las religiosas OEA en Ketapang, cuyos miembros son en su mayoría Dayaks, completamente diferentes a la cultura javanesa, en términos de valores sociales y "hábitos" cotidianos.

Experiencia en una zona remota

Esta nueva experiencia tuvo lugar en el “Mutiara” BP-BKIA (Medical Center for Maternal and Child Health), en Tanjung. Está ubicado a 5-6 horas de viaje de la ciudad de Ketapang, en la provincia de Kalimantan occidental.

Esa tarde, una pareja inesperada, acompañada por algunos parientes, visitó la clínica para conocer a la Hermana Elisa y tener una consulta de maternidad. "Me pidieron que los aconsejara en mi rol de partera, en la clínica Mutiara BP-BKIA de Tanjung, para saber si la madre debe dar a luz en Tanjung o en Ketapang", dijo la Hermana Elisa Petra, OSA, de 40 años.

Según sus exámenes, la monja dijo que la madre daría a luz gemelos de un momento a otro. Por supuesto, era imposible que la madre viajara 5-6 horas a Ketapang de una forma segura, ya que el camino era muy accidentado. "Gracias a Dios, en nuestra clínica, la Sra. S. dio a luz dos gemelos varones de forma segura. Los bebés también estaban bien y gozaban de buena salud", dijo la religiosa, recordando estos acontecimientos especiales que realmente "pusieron a prueba" su experiencia como asistente obstétrica trabajando en zonas remotas.

Tanjung, una pequeña aldea

"Di gracias primero como partera y luego como monja agustina, porque en ese momento, y para mi sorpresa, las cosas salieron muy bien y el parto fue un gran éxito", recuerda la hermana Elisa Petra OSA.

Nunca se le había cruzado la idea de ser partera y monja agustina en un área remota de Tanjung. Hasta que un día su conciencia quedó repentinamente "bloqueada" por la emoción cuando vio la fotografía de un "anuncio" en un calendario católico. Esa foto (ver foto) llamó la atención de Novi Narmasari, su nombre de soltera antes de unirse a la congregación de la OSA. "Esta impresionante foto tocó mi corazón. Muestra a la hermana Agneta Tan Nailoy, OSA, que ahora tiene 75 años, hija del Sr. Tan A Hak, un misionero católico laico de la China continental que llevó el cristianismo a Ketapang en 1911. La foto muestra el viaje de la hermana Agneta con otras tres monjas de Menyumbung a otra clínica de salud dentro de su área de servicio", dice la monja mientras recuerda cómo fue su llamada, que la llevó a convertirse en religiosa.

Menyumbung está muy lejos de Ketapang, a unas 6-7 horas en coche y a veces sólo se puede llegar allí en barco.

"De repente, esa imagen me mostró que a futuro yo también sería capaz de crear 'otras historias' de mi aventura de fe con Dios. Y por eso me convertí en monja agustina - en lugar de unirme a otra congregación religiosa en Java - pero en la remota Ketapang, para poder experimentar algo tan especial", explicó la religiosa, nativa de Muntilan, en Java central.

Muchos consideran a Muntilan como la "Nazaret de Java" por la influencia nacional de un carismático educador jesuita, el Padre van Lith, que allanó el camino para la misión católica en Java Central. El 14 de diciembre de 1904, el sacerdote misionero bautizó a 171 aldeanos de la región de Kalibawang en Sendangsono, Kulon Progo. Se considera que este evento marcó el nacimiento de la Iglesia Católica entre los javaneses.

El lugar del bautismo devino la meta de peregrinación más popular de Java, y es conocido como Sendangsono.

La decisión de ir a Kalimantan occidental

Este hecho constituye una “rareza”. Narmasari es una joven javanesa que ha elegido intencionadamente una congregación de monjas religiosas con sede fuera de Java en lugar de optar por su territorio. Pero esto es lo que hizo Novi Narmasari cuando se unió a la Congregación de la OEA con sede en Ketapang, en Kalimantan occidental, en lugar de volcarse a congregaciones religiosas cuyas obras pastorales en el área sanitaria también son numerosas en Java.

"Me uní a la OSA cuando tenía 21 años; era bastante mayor que las demás del grupo, que acababan de terminar la escuela secundaria. Después de tres años de práctica laboral, me incorporé a la OSE con el consentimiento de mis padres", dice la hija mayor de Julius Waluya y la difunta Maria Goretti Winarsih.

"Después de mi primera profesión en 2005, la Congregación de las Hermanas de San Agustín de la Misericordia de Dios (OSA) enseguida me pidió que trabajara como comadrona, en vista de la calidad de mi trabajo y experiencia personal.

Su trabajo diario se desarrollaba en la BP-BKIA "Mutiara" en Tanjung.

Pero como partera, a menudo hacía viajes improvisados y visitas frecuentes a zonas remotas porque [las mujeres] no podían viajar a Tanjung para dar a luz, debido a la distancia y por la falta de caminos de acceso a la "ciudad".

A veces conducía su motocicleta hasta destinos remotos por una causa "celestial". A veces, decía, tenía dudas sobre su capacidad para realizar este servicio. Pero su conciencia moral fue aclarando las cosas. Esto es más que una llamada "obligatoria" propia de la profesión . "Esta es una misión espiritual, porque me ocupo de la vida humana, tanto de la madre como del bebé", dijo la monja, que hizo sus votos perpetuos en 2011.

A partir del 2012, a medida que se acostumbra a su misión como partera en una zona remota, poco a poco crece su amor por estos actos de amor y compasión. "Con todas mis limitaciones y conocimientos personales, como monja agustina, siempre tengo el deseo de mantener la llama espiritual ardiendo en mi corazón. Y hacer lo que sea mejor para Dios y para el bien de los demás", concluye.

Es dentro de este espíritu que ella considera su viaje quincenal obligado a Tanjung-Ketapang: ya no una "carga" sino una misión que toca cumplir con generosidad.

"Cada vez que viene a la casa madre de OSA en Ketapang, ella aparece muy sucia y muy cansada por el viaje en su motocicleta. Después de varios días de descanso y de socializar con sus hermanas, volverá a Tanjung, llevando muchas medicinas en las bolsas de su motocicleta", explica la hermana Cecilia OSA, una monja mayor que estuvo varios años a cargo de la formación de las novicias.

La hermana Elisa ha estado haciendo esta rutina durante casi 8 años. Sola con su motocicleta, recorre caminos fangosos y resbalosos durante la temporada de lluvias y atraviesa caminos polvorientos durante la temporada de calor.

Cuando responde a la pregunta de por qué no utiliza un servicio de transporte para viajar desde Tanjung a Ketapang y para regresar, sor Elisa Petra OSA dice firmemente que No. “No quiero ser una carga para nadie. No quiero depender siempre de los demás. Mis padres me enseñaron a ser independiente. Mientras pueda hacerlo sola, para mí está bien ir en motocicleta”. “Otro motivo fundamental - agrega - es reducir los costos del viaje. Hacer un viaje de ida y vuelta desde Tanjung hasta Ketapang cada dos semanas, es muy costoso”.

Con la pandemia de Covid-19, ¿tu servicio sanitario debió interrumpirse?

"Oh, no" responde enseguida. “Seguimos trabajando normalmente. La única diferencia es que se aplica estrictamente el protocolo sanitario", agrega.

Mientras haya mujeres encinta que necesiten de su ayuda, su trabajo como asistente de obstetricia seguirá adelante en la remota área de la diócesis de Ketapang. El Covid-19 crea más problemas en el parto, especialmente en una zona remota como es la aldea de Tanjung.

Por eso es muy útil la presencia de sor Elisa Petra, de la OSA.

Photo credit: Archivo fotográfico de Sor Elisa Petra OSA