Yangon, sacerdotes, religiosas y seminaristas a favor de la democracia. El freno de los obispos

de Francis Khoo Thwe

Continúan las manifestaciones, a pesar de las prohibiciones de la junta. Carros hidrantes y balas de goma contra los manifestantes en Naypyidaw. En Yangon, dos manifestantes atropellados por un automóvil de la policía. Las directivas de los obispos prohíben a sacerdotes y religiosas participar en las demostraciones y utilizar símbolos católicos. Directiva "vergonzosa". Una religiosa: "Seguimos la doctrina social de la Iglesia y la encíclica del Papa Francisco Laudato si".

Yangon (AsiaNews) - Continúan en todo el país las manifestaciones contra la dictadura militar y por la liberación de la presidenta Aung San Suu Kyi. Decenas de miles de personas participaron hoy en una marcha en Naypyidaw, la capital, y en Yangon, aunque ayer la junta militar prohibió las concentraciones de más de cinco personas.

Esta mañana la policía disparó balas de goma y utilizó camiones hidrantes en Naypyidaw. La violencia de las fuerzas del orden parece ir en aumento. Según algunos testigos, dos manifestantes murieron anoche en Yangon tras ser atropellados "a propósito" por un automòvil de policía.

En las marchas de estos días han participado activamente sacerdotes, seminaristas y religiosas católicas, para reclamar que termine la dictadura y se restaure el gobierno elegido democráticamente. La foto del obispo de Mandalay levantando la mano con el signo de los tres dedos fue difundida en las redes sociales como prueba de que la Iglesia Católica apoya plenamente las manifestaciones.

En los últimos días, una carta abierta del cardenal Charles Maung Bo, presidente de la Conferencia Episcopal Birmana, fue considerada por sacerdotes y fieles como "demasiado neutral", porque convoca al diálogo y no culpa a los militares por el golpe de estado.

Los obispos birmanos, encabezados por el Card. Bo, emitieron hoy algunas directivas para sacerdotes, seminaristas y religiosas.

En ellas sugieren:

a) que el personal religioso manifieste unidad con el pueblo en la búsqueda de la democracia permaneciendo de pie "en la puerta" [de sus casas o parroquias-ndr] o "dentro de los edificios";

b) el personal religioso no debe salir a las calles con banderas de tipo religioso, símbolos católicos o con el nombre de organizaciones católicas;

c) los fieles laicos, como ciudadanos libres de Myanmar (Birmania), pueden expresar su apoyo a la democracia, pero sin utilizar símbolos de la Iglesia católica, del Papa Francisco, de la nunciatura o de representantes episcopales. Se pide a todos los líderes católicos y fieles del mundo que "recen para que el problema de la democracia en Myanmar se resuelva de manera pacífica".

Algunos fieles de Yangon afirmaron que esta directiva era "vergonzosa". Una joven comentó: “Aquí no se trata de religión ni de oración: se trata de resistencia a la dictadura, y esto es importante para todas las personas y para todas las religiones. Hay que alentar este compromiso, aunque siempre de manera pacífica. El mensaje de los obispos llega tarde: muchas religiosas y seminaristas ya están involucrados”.

Una monja dice: “Estamos con nuestro pueblo. Referentes religiosos, religiosas, consagrados, sacerdotes e incluso el obispo de Mandalay se han solidarizado con el pueblo. Lo haremos hoy y siempre, en nombre de la doctrina social de la Iglesia, y también de nuestra misión y de lo que dice el Papa Francisco en Laudato si'“.

Y otra agrega: "Los obispos, que son los pastores del pueblo, deberían estar al frente de todos, no escondidos en la retaguardia".