Yangon, calles bloqueadas por manifestantes. Suman acusaciones contra Aung San Suu Kyi
En varias ciudades hay automóviles aparentemente averiados que bloquean el tráfico en carreteras y puentes. La "Señora" también ha sido acusada de violar una ley sobre la gestión de desastres naturales, vale decir, las directivas contra el Covid. Acusaciones contra China: envía soldados para controlar a la población. Temores de que estalle una guerra civil. La violencia va en aumento.
Yangon (AsiaNews) - Miles de personas se manifestaron hoy en diversas ciudades del país para mostrar su oposición al golpe militar y expresar su apoyo a la líder democrática Aung San Suu Kyi, quien ganó las elecciones del pasado mes de noviembre.
La protesta fue bautizada como "campaña de los autos rotos": la gente detuvo sus automóviles en las calles céntricas o en los puentes, con el capó abierto, como si estuvieran averiados. La artimaña sirve para impedir el paso de las orugas del ejército y los coches de policía que quieren dispersar a los manifestantes.
Sin embargo, el tráfico bloqueado también creó problemas para quienes querían unirse a la manifestación, ya que dificultaba el acceso al lugar de la concentración.
Mientras tanto, en la vista on line del gobierno de emergencia contra Aung San Suu Kyi, se añadió un cargo más grave a la acusación de posesión ilegal de walkie-talkies: la "Señora" habría violado una ley sobre la gestión de desastres naturales. Esta acusación se ha utilizado en los últimos meses contra aquellos que infringieron las normas anti pandémicas. Pero, sobre todo, con este tipo de acusaciones la líder demócrata puede quedar bajo arresto domiciliario indefinidamente y sin juicio.
Después que la Junta prohibió las concentraciones, las manifestaciones de hoy son unas de las más grandes, y fundamentalmente demuestran que la población no se rinde. Las convocatorias a manifestarse y oponerse al ejército se multiplican incluso en la web, que se bloquea a trompicones. Las operaciones militares también se están volviendo más violentas y masivas. La población, agobiada porque debe revivir una dictadura que ya parecía superada, acusa al ejército y a los generales de querer "destruir el país y el futuro de nuestros hijos".
Tom Andrews, enviado especial de la ONU para Myanmar, teme que la situación esté cada vez más fuera de control y que la violencia contra la población desencadene una guerra civil. "Me temo que los acontecimientos de hoy - dijo - tienen un potencial de violencia a mayor escala ... lo que podría empujar a los militares a cometer crímenes aún más graves contra el pueblo de Myanmar".
En el país circulan rumores de que China ha ofrecido sus tropas a la Junta, para evitar que el pueblo frene a los soldados birmanos y los convenza de desertar.
Beijing ha negado que apoye al gobierno militar de ninguna manera, aunque en el Consejo de Seguridad de la ONU detuvo una moción de condena del golpe de Estado.
Mientras tanto, la lista de violencias se hace cada vez más larga. Una mujer de 20 años, baleada por la policía en Mandalay, se encuentra en riesgo de muerte. Ayer, en Maungmya, seis manifestantes resultaron heridos por balas de goma de la policía. El ejército afirma que los manifestantes arrojaron piedras a los soldados e hirieron a varios.
Zaw Min Tun, portavoz de la policía, declaró que hace dos días mataron a un policía durante una protesta en Mandalay.
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