Yakarta: el juego y las apuestas en línea, "nueva pandemia" social

de Mathias Hariyadi

El fenómeno afecta cada vez a más indonesios, sobre todo entre los sectores más pobres de la población. Al menos el 2% de los afectados son niños menores de 10 años. Al menos 14 casos de suicidio en el último año causados por la quiebra financiera debida a la adicción. El Presidente Widodo pide políticas para contrarrestar el " judi online ".

Yakarta (AsiaNews) - El juego y las apuestas online entre los menores de edad: es la nueva "pandemia" que preocupa a las autoridades indonesias, una amenaza bautizada "judi online" para la sociedad moderna, en la que el 2% del total de las personas afectadas por la adicción son niños menores de 10 años, que suman al menos 80.000. De ahí la respuesta del Gobierno y del Presidente Joko "Jokowi" Widodo, que ha pedido políticas para contrarrestar una "enfermedad" que se extiende entre la población y que hay que tratar "seriamente".

La razón más grave es que la pérdida global asciende a miles de millones de dólares, canalizados masivamente hacia decenas de países de Asean (la Asociación que reúne a 10 naciones del Sudeste Asiático), como declaró ayer el ministro de Política, Asuntos Jurídicos y Seguridad, Hadi Tjahjanto. "Varios billones de rupias indonesias han acabado en las arcas de al menos 20 países" y los principales beneficiarios "son los miembros de Asean", confirmó el responsable del Centro de Información y Análisis de Transacciones Financieras (Ppatk), Ivan Yustiavandana. "Nuestra agencia", añadió el experto indonesio, "ha congelado todas estas actividades financieras".

Tjahjanto, ex comandante de las Fuerzas Armadas indonesias, se hace eco de un informe publicado recientemente según el cual hay "80 mil" o un 2% de "niños que sufren adicción al juego", pero la cifra real podría ser mayor. Además, prosigue el ministro, "el 11% tiene entre 10 y 20 años, es decir, 440.000 personas" en total. El 13% tiene entre 21 y 30 años, es decir, 520.000 personas. La mayoría de los jugadores con problemas de adicción", explica, "tienen entre 30 y 50 años y representan el 40% del total (1.640.000 personas). El resto son mayores de 50 años, es decir, el 34%".

Otro elemento crítico, según Tjahjanto, es el hecho de que "la mayoría de los ludópatas" proceden de estratos sociales de "bajos ingresos". Gastan de media entre 10.000 y 100.000 rupias indonesias, mientras que los "más ricos" "queman" hasta 40.000 millones de rupias indonesias. El número de jugadores y apostantes de bajos ingresos ronda el 80%, más de 2,3 millones de personas. Por último, el ministro confirmó que las fuerzas policiales eliminarán en breve todos los sitios dedicados a las apuestas en línea en Internet. "Las fuerzas policiales", concluyó, "también participarán próximamente en operaciones de represión" y ya se han congelado entre cuatro y cinco mil cuentas bancarias.

No es sólo la adicción al juego y las apuestas lo que lleva a decenas de indonesios a quitarse la vida debido a las dificultades económicas derivadas de la pérdida de dinero y ahorros. También son los llamados préstamos en línea [pinjaman en el idioma local] los que han empujado a la gente en una oleada emocional a optar por el suicidio para evitar la frustración causada por la pérdida total de sus bienes. Datos recientes explican que desde principios de 2023 hasta abril de 2024, hay al menos 14 casos de suicidio causados por la quiebra financiera debida a la adicción al juego online.

Una monja de Java Oriental declaró a AsiaNews que cada vez hay más personas entre los "sin recursos" que ya no pueden mantener su vida cotidiana debido al elevado gasto de dinero en juegos de azar y préstamos en línea con altos intereses, sin poder devolver el capital y los intereses. "Decenas de personas", explica la monja, que pide el anonimato por razones de seguridad y tiene conocimientos en el campo de las finanzas, "acudían a mí para expresarme su depresión, porque ya no podían devolver tanto el capital del préstamo como sus elevados intereses. Otros lamentaban la pérdida de todo su dinero y sus bienes". Es urgente -concluye- poner en marcha un apostolado especial para estas personas atrapadas en la depresión".