Yakarta bloquea el ‘virus terrorista’: detienen el plan de repatriación de los yihadistas

de Mathias Hariyadi

Son 689 los indonesios que se unieron el Estado Islámico (EI) en los últimos años. La mayor parte son mujeres y niños. Ministro: “Si regresan, podrían ser una amenaza para 267 millones de personas”. Concuerda con el gobierno la mayor organización islámica moderada: “Se han casado con una guerra santa en el exterior, que atenta contra las enseñanzas del islam y contra el Corán”.

Yakarta (AsiaNews) – El gobierno indonesio mantendrá alejado de las fronteras nacionales al “virus terrorista”: luego de varios días de polémicas y debates, Yakarta ha decidido abandonar el plan de repatriación de 689 ciudadanos que se unieron al Estado Islámico (EI) en los últimos años, para combatir la yihad en Irak y en Siria. El anuncio fue dado ayer por el Prof. Mahfud MD, ministro coordinador de Asuntos Políticos, Legales y de Seguridad.

Previo a ello, Mahfud se había reunido con la Agencia Nacional de anti-terrorismo – la Badan Nasional Penanggulangan Terorisme (BNPT) –, con el ministro de Asuntos Religiosos y con el de Justicia y Derechos Humanos, antes de participar en una reunión de gabinete a puertas cerradas, con el presidente Joko “Jokowi” Widodo. Al término de esta cumbre, realizada en el Palacio presidencial de Bogor (Java Occidental), Mahfud declaró: “El gobierno y el Estado deben garantizar que las 267 millones de personas que viven en Indonesia estén seguras y a salvo de la amenaza del terrorismo. Si estos combatientes terroristas extranjeros (FTF) regresasen, podrían convertirse en un nuevo virus terrorista, capaz de poner en riesgo a esas 267 millones de personas”.

Luego, citando datos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, el ministro explicó que 689 indonesios han sido identificados como simpatizantes del ISIS. De momento, se encuentran fundamentalmente en Siria y en Turquía. Hay 228 personas que aún conservan sus documentos de identidad indonesios, en tanto otros no pueden demostrar su ciudadanía. Las autoridades indonesias sugieren que la mayor parte de los conciudadanos que apoyan al ISIS son mujeres y niños. Mahfud afirmó que el gobierno recogerá igualmente los datos referidos a la identidad de los presuntos yihadistas y que los niños podrías ser repatriados, dependiendo de las circunstancias. “Los niños menores de 10 años serán tomados en consideración, analizando caso por caso: por ejemplo, si tienen a sus padres allí, o no”, explicó.

Nahdlatul Ulama (Nu), que con sus casi 90 millones de miembros representa la organización islámica moderada más importante de Indonesia y del mundo, ha recibido favorablemente la decisión del gobierno. Kiai Haj Prof. Said Agil Siradj, presidente del Consejo Ejecutivo del NU, ya había comunicado a la administración su “firme oposición a cualquier plan de repatriación para los ex combatientes o sostenedores del EI”. En un comunicado difundido ayer poco después de un encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores, Retno Marsudi, el líder religioso subraya: NU está en contra de hacer regresar a los milicianos a la patria, por atentar “contra las enseñanzas del Corán y del verdadero islam, ellos han decidido ir a combatir una guerra santa en el exterior” “¿Cuál es el motivo por el que debamos preocuparnos de repatriar o no a las 600 personas, si eso puede perturbar la tranquilidad de 260 millones de otras personas?”, afirma.

Indonesia ahora se interroga sobre cómo extirpar la ideología extremista y hacer frente a la difusión dentro de la sociedad, a futuro. El Dr. J. Kristiadi, un analista político senior en el Centre for Strategic of International Studies (CSIS) de Yakarta, declara a AsiaNews: “Debemos educar a nuestra gente para transformarse en una ciudadanía competente. Cada ciudadano indonesio debería ser realmente conciente y comprender a fondo sus derechos y deberes como ciudadano. Mi opinión es que los combatientes terroristas extranjeros (FTF) no saben que su elección representa una grave violación de la ley. A mí me preocupa el futuro de nuestra nación. La Educación cívica no se trata solamente de cosas ‘prácticas’, como la ceremonia de izar la bandera o cantar himnos nacionales. Debemos educar a las personas en la verdadera naturaleza del nacionalismo, a comportarse como ciudadanos que aman su país”.