Xinjiang, ‘más de 30’ parientes de Rebiya Kadeer recluidos en prisión por ‘secesión’
Según la líder uigur, ellos se encuentran en prisión o en campos de trabajo forzado (de reeducación). Pero su suerte es similar a la de “millones de familias uigures”. Los controles y arrestos, en aumento.
Múnich (AsiaNews/Rfa) – Más de 30 parientes de la líder uigur Rebiya Kadeer se encuentran en prisión, incluyendo a dos de sus hijos que ya habían sido detenidos con anterioridad, por “actividades de secesión” y por “evasión impositiva” (v. foto 2).
Lo confirma la misma Kadeer, quien dice que no está segura del lugar donde sus parientes de encuentran presos, pero que es probable que ellos hayan sido “enviados a prisión o a campos de reeducación”. Desde el pasado mes de abril, miles de uigures acusados de “extremismo” y de visiones políticas “incorrectas” han sufrido la misma suerte.
Comentando el tema a RFA, Kaader declaró: “De mis parientes más cercanos –incluyendo a mis hijos y a mis nietos, al menos 11 personas han sido detenidas. Pero si se incluye a los hijos de mi hermano y a otros parientes, los [parientes] arrestados suman más de 30”.
Rebiya Kadeer, de 70 años de edad, madre de 11 hijos y exitosa mujer de negocios, estuvo recluida en prisión desde 1999 hasta 2005 por haber enviado noticias al exterior dando cuenta de la situación de los uigures. Apenas liberada, pudo exiliarse en los Estados Unidos. Desde entonces, sus hijos se encuentran bajo arresto domiciliario o fueron arrestados por “actividades secesionistas”.
Cuando Kadeer asumió como presidente del Congreso mundial de los uigures (World Uygur Congress, con base en Alemania), Beijing difundió un video en el cual algunos de sus hijos la acusaban de “separatismo”.
Aún así, la líder uigur ha subrayado que su familia es sólo una de las “millones de familias uigures… que pagan el precio por reclamar nuestros legítimos derechos”.
El grupo étnico de los uigures, musulmán, se queja de la colonización económica y cultural que atraviesa Xinjiang. Algunos grupos luchan por la independencia de la región, pero la mayoría sólo busca tener más autonomía. Sin embargo, Beijing acusa se separatismo y terrorismo a toda la población, sometiéndola a controles, discriminaciones y represión religiosa.