Xi Jinping: Shenzhen debe ser un modelo (indeterminado) para crear una sociedad socialista moderna

El presidente chino quiere utilizar la metrópoli de Guangdong como motor para lanzar nuevas reformas. Su gira por el sur evoca la que realizó Deng Xiaoping en 1992. El proyecto reformista sigue siendo indefinido. El contraste con la anunciada centralización del poder en la cúspide del Partido Comunista Chino.

Shenzhen (AsiaNews) - Shenzhen debe convertirse en el modelo para la creación de una sociedad socialista moderna en China, afirmó ayer Xi Jinping en la celebración del 40 aniversario de la transformación de la metrópoli de Guangdong en una de las cuatro zonas económicas especiales del país.

En su "gira por el sur" - que ha sido vista como una evocación de la que realizó Deng Xiaoping en 1992 para promover la liberalización de la economía nacional y su apertura al mundo - el presidente chino designó el centro costero como la vanguardia de la nueva modernización de China. En efecto, a Shenzhen se le concederá una mayor autonomía en sectores que se consideran claves para el éxito de las nuevas reformas.

Considerando el clima internacional actual, el líder chino explicó que se requiere mucho más coraje y sabiduría política para impulsar la agenda de reformas. Beijing enfrenta desafíos sin precedentes, explicó Xi, como la pandemia de coronavirus. Sin decirlo abiertamente, sus palabras hacían referencia al conflicto geopolítico con Washington: desde la guerra arancelaria hasta la posible desvinculación (separación) económica y tecnológica de la potencia estadounidense.

En su discurso en Shenzhen, Xi anunció nuevas reformas económicas, pero no entró en detalles. Habló de la necesidad de optimizar y mejorar los sistemas nacionales de producción, distribución, circulación y consumo de bienes y conectarlos de manera más eficaz con los extranjeros. Corresponde al modelo de “doble circulación” que el Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) aprobará entre el 26 y el 29 de octubre durante su V Pleno.

Xi se centró en la autosuficiencia y la innovación: “El desarrollo es nuestro objetivo principal; el talento es nuestro primer recurso; y la innovación es nuestra fuerza motriz". Los analistas señalan, sin embargo, que la línea reformista anunciada por Xi contrasta en los hechos con las decisiones que ha tomado el régimen en los últimos tiempos, orientadas a una mayor centralización del poder. Con una directiva del mes de septiembre, el PCCh puso al sector privado bajo su control, allanando el camino para el retorno a una economía planificada.

En el Pleno de fin de mes, el Comité Central promulgará un reglamento interno que, según los observadores, incrementará el poder de Xi. Según el borrador distribuido el 12 de octubre por los medios de comunicación oficiales, la posición del Secretario General del PCCh será más elevada que la correspondiente a los restantes miembros del Comité

Permanente del Politburó (el principal centro de toma de decisiones de China): Xi será más que un simple coordinador, como está previsto en el estatuto actual del partido, y tendrá la facultad exclusiva de establecer la agenda de las discusiones.

Las nuevas reglas de trabajo de los órganos políticos del PCCh se suman a las que introdujo Xi en los últimos años para controlar a los cuadros inferiores. En 2018, por ejemplo, el régimen impuso normas que regulan la actividad de las secciones del Partido en el interior de los ministerios y gobiernos provinciales: obligan a los funcionarios involucrados a "salvaguardar el estatus de Xi como 'corazón' de la conducción del PCCh".