Xi Jinping en el Boao Forum: las promesas y la realidad
En presencia de líderes y economistas mundiales, el presidente chino promete “una nueva fase de apertura” con una mayor liberalización de la economía china, facilidades para las compañías extranjeras, reducción de aranceles y un ambiente más atractivo para las inversiones. Mayor defensa de la propiedad intelectual; la nueva Ruta de la Seda sin “cálculos geopolíticos”. Estudiosos y expertos temen que todo quede igual: es mera propaganda.
Boao (AsiaNews/Agencias) – Hoy, el presidente Xi Jinping dio inicio al Fórum de Boao (Hainan) con una serie de promesas en torno al modo en que China buscará abrir cada vez más su mercado. Él propone que su país como guía en la defensa de la globalización, mientras, en el trasfondo, se mantiene la guerra de los aranceles con los EEUU, acusados de ser proteccionistas.
El encuentro en Boao, que se realiza anualmente desde 2002 es considerado el “Davos de Asia” y reúne a políticos y economistas de todo el mundo. Este año están presentes el Premier Lee Hsein-loong de Singapur, el presidente austríaco Alexander Van der Bellen, el Premier de Holanda Mark Rutte, el primer ministro paquistaní Shahid Khaqan Abbasi, el presidente filipino Rodrigo Duterte, el Premier mongol Ukhnaa Khurelsukh. Entre los huéspedes también figuran el secretario general de la ONU, Antonio Guterres y Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional.
Xi prometió “una nueva fase de apertura” con una mayor liberalización de la economía china, facilidades para las compañías extranjeras, reducción de los aranceles y un ambiente más atractivo para las inversiones.
En particular, él prometió que permitirá a las industrias de automóviles extranjeros abrir fábricas en China, que serán de su absoluta propiedad, superando la obligación de formar joint ventures con compañías chinas. También sugirió una disminución de los aranceles sobre los vehículos importados. Justamente ayer, Donald Trump recalcó que en los Estados Unidos, los autos chinos son gravados con aranceles del 2,5%, en tanto en China los de autos estadounidenses sufren gravámenes del 25%.
Xi también prometió mejorar la situación referida a la protección de la propiedad intelectual, justamente cuando EEUU y Europa denuncian episodios de robo y transferencia forzada de tecnologías.
Jurando promover siempre una mayor apertura, Xi dijo que China “tiene toda la intención de traducir estas reformas en realidad lo antes posible”.
Defendiendo los 40 años de reformas económicas y el deseo de compartir su desarrollo con los demás países, Xi también mencionó la Belt and Road Initiative, la nueva Ruta de la seda, e insistió sobre este proyecto gigantesco: China “no tiene cálculos geopolíticos, no busca zonas exclusivas y tampoco impone acuerdos comerciales sobre los demás”.
Él concluyó su discurso invitando a todas las naciones a unirse y “dedicarnos a la apertura y a los resultados positivos para todos… para alcanzar un mañana mejor para Asia y para el mundo.
A la ovación de pie que siguió a la conclusión de su discurso lleno de promesas, siguió el contrapeso de algunos comentarios de estudiosos y expertos. Hay quienes recuerdan que Xi prometió exactamente las mismas cosas un año atrás, en su discurso en Davos. Otros temen que, tal como ocurrió en el pasado, pese a haber dicho tantas cosas, todo siga igual que antes. Christopher Balding, profesor asociado en la HSBC Business School de Shenzhen, comenta amargamente al SCMP: “Xi quiere decir que China es muy abierta, y que está dispuesta a las inversiones, pero al mismo tiempo, de hecho, él dice que no cambiaremos nada y que haremos las mismas cosas que hacen los EEUU ...” Y concluye: “No debiera sorprender a nadie que (al dejar Bao, la gente) se diga que ahora China es más abierta, pero esto es claramente, un efecto de la propaganda”
04/04/2018 09:22