Wang Qishan: Para combatir la corrupción volvemos a Confucio
Beijing (AsiaNews) - La campaña anti-corrupción, lanzada hace más de dos años por el presidente Xi Jinping a fin de purgar el Partido Comunista de la perversión y la maldad, tiene un nuevo aliado: las virtudes tradicionales de Confucio, quien fuera tan maltratado por la Revolución cultural.
En un artículo publicado por el Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista chino (PCC), el responsable de la Comisión anti-corrupción, Wang Qishan, dijo que los miembros del partido deben aprender de las virtudes tradicionales que han caracterizado por mucho siglos la cultura china. El funcionario recuerda que incluso el presidente Xi, en muchos de sus discursos, “ha citado un gran número de textos antiguos y palabras de los clásicos, subrayando y apreciando la belleza de la cultura china tradicional”.
La editorial de Wang tiende a mostrar que la campaña anti-corrupción, que le está generando muchos enemigos a Xi Jinping, tiene la misma raíz que las grandes virtudes del pasado. En la cultura tradicional - agrega - la moralidad y la ley van de la mano, y las reglas son observadas como ritos.
Wang no cita a Confucio de manera explícita, pero está claro que "los valores tradicionales", la moralidad y el rito son todas las virtudes que Confucio elogia como propias de una sociedad armónica: humanidad, justicia (o rectitud), ritualidad, conocimiento, integridad, todas ellas acompañadas de la lealtad y la sobriedad.
Y es a propósito de la sobriedad y de la integridad, que justo ayer el PCC ha dispuetso las nuevas reglas disciplinarias que prohiben el derroche en banquetes y la práctica del juego de golf, los adulterios, y la vulgaridad en el hablar por parte de los miembros y de las políticas del Partido, etc...
Que esta lucha contra la corrupción sea poco eficaz está demostrado por algunas declaraciones de un miembro del Partido de Zhejiang a AsiaNews, quien afirma que “los banquetes continúan haciéndose, pero a escondidas; los sobornos continúan pagándose, pero a cuentas en el exterior o bien a través de buenos créditos en la reventa de autos de lujo, artículos de electrónica y hasta en los supermercados ”.
Xi Jinping y Wang Qishan a menudo han subrayado que la lucha contra la corrupción es el único modo para devolver la credibilidad al Partido, y que si ésta fracasa el Partido "corre el riesgo de caer" y de perder "las bases para gobernar”.
Para diversos analistas, la crisis de ideales del Partido configura en realidad una crisis más vasta de la sociedad china, además de una crisis de tipo religioso. Quizás es por esto que el Partido se vuelve a Confucio y a la tradición antigua, después de haberla combatido durante decenios. Desde Mao Zedong en adelante, de hecho, y fundamentalmente durante la Revolución cultural, los templos dedicados a Confucio y los confucianos fueron semidestruidos y condenados como "instrumentos de la esclavitud". Aún hoy existe un fuerte debate dentro del Partido acerca del valor de Confucio. En el año 2011, una estatua de Confucio de gran altura fue colocada frente al Museo Nacional de Historia en la plaza Tiananmen (v. foto), en el corazón de Beijing. Pero luego de algunos meses la estatua desapareció, sin que nadie pudiera explicar los motivos.
24/10/2016 14:56
08/10/2018 09:43