Voto y minorías. En el enfrentamiento entre Erbil y Bagdad está en juego el futuro del Kurdistán
La región autónoma debería acudir a las urnas el 10 de junio para una votación que ha sido aplazada varias veces debido a los conflictos entre el PDK y el PUK. Un fallo de la Corte Suprema Federal de Irak desató el caos. En el punto de mira está la cuota reservada a las minorías. Las críticas del patriarca caldeo y del Consejo de la Shura sostienen que se encuentra en peligro el "frágil pero esencial equilibrio entre las diferentes realidades".
Milán (AsiaNews)- Nubes oscuras se ciernen sobre el futuro del Kurdistán iraquí, en un clima de creciente tensión debido al enfrentamiento político e institucional entre Erbil y Bagdad en vista de las elecciones para el Parlamento local, que deberían celebrarse el próximo mes de junio. En una declaración conjunta que publicaron ayer los representantes de varias comunidades cristianas - entre ellas caldeos, asirios, sirios y armenios - estos manifiestan su apoyo a la decisión del Partido Democrático del Kurdistán (en el poder) de boicotear la próxima votación. La medida se ha adoptado en un clima de crecientes tensiones y preocupaciones en relación con la legalidad e imparcialidad del proceso electoral. La declaración, firmada por organizaciones clave como la Coalición Hammurabi, subraya el compromiso común de defender los principios constitucionales y salvaguardar la (frágil) democracia.
La polémica se desencadenó por la sentencia del 21 de febrero de la Corte Suprema Federal de Irak que anuló los 11 escaños reservados a las minorías en la Asamblea del Kurdistán, distribuidos de la siguiente manera: cinco para los caldeos y asirios, uno para los armenios y cinco para los turcomanos. La decisión sería un "paso necesario" para corregir lo que se consideran "circunstancias inconstitucionales". Los firmantes sostienen la importancia de unas elecciones justas y reiteran la necesidad de que el proceso se atenga a los marcos legales y constitucionales establecidos dentro del gobierno regional kurdo, que esté libre de interferencias externas y que sea imparcial e inclusivo. "Apoyamos la declaración del PDK y todos los esfuerzos encaminados a proteger la democracia y la equidistancia de las instituciones jurídicas", por eso "cualquier decisión que socave la democracia iraquí debe ser combatida".
Un fallo controvertido
El conflicto político e institucional se desencadenó por la decisión de la Corte Suprema Federal de anular la cuota de escaños reservados a los diputados de minorías étnicas, entre ellas los cristianos, elegidos para el Parlamento de la región autónoma del Kurdistán iraquí. Este es un nuevo golpe a la representatividad de los cristianos en momentos de profunda crisis debido a la violencia étnica y sectaria posterior a la invasión estadounidense de 2003, que hizo caer la población cristiana de 1,5 millones a poco más de 300.000 habitantes. Lo que se suma el enfrentamiento entre el Patriarca de Bagdad de los Caldeos, el Card. Louis Raphael Sako, máxima autoridad religiosa (cristiana) del país, y el presidente de la república Abdul Latif Rashid, tras la decisión de anular el decreto que establece la autoridad del patriarca. En respuesta, el primado caldeo decidió transferir (temporalmente) la sede patriarcal de la capital, Bagdad, a Erbil.
A todas estas circunstancias críticas se ha sumado la decisión de los jueces de la Corte Suprema de suprimir la cuota de 11 escaños reservados a las comunidades étnicas y religiosas minoritarias - entre ellos los cristianos - en la Asamblea local, con vistas a las próximas elecciones previstas para el 10 de junio. Las voces críticas denuncian que esta decisión va en detrimento de los derechos políticos de las minorías que garantiza la propia Constitución. Por eso diversas formaciones, partidos políticos y representantes de las minorías han decidido boicotear la votación - aplazada varias veces en el pasado reciente por el presidente Nechirvan Barzani debido a disputas entre los partidos - si no se retira la sentencia.
Un voto incierto
Lo que agravó la controversia entre los partidos ha sido la forma en que se celebran las elecciones y la disolución de la legislatura, porque el Tribunal Federal consideró que la prórroga de la misma era "inconstitucional". Las elecciones - que se llevaron a cabo por primera vez en 1992 - se llevan a cabo cada cuatro años y tienen por objeto elegir a los 111 miembros del Parlamento; las últimas fueron en 2018. La votación estaba inicialmente prevista para octubre de 2022, pero las retrasaron debido a desacuerdos que surgieron entre el PDK y sus rivales de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK). Tras una larga disputa, las dos facciones mayoritarias acordaron prorrogar un año el mandato del Parlamento, para continuar las negociaciones sobre temas como la modificación de la ley electoral y el reparto de impuestos e ingresos provenientes del petróleo. En mayo del año pasado los jueces de la Corte Suprema de Irak dictaminaron que todas las decisiones tomadas por la Asamblea regional después de su prórroga eran nulas, incluida la de reactivar la Comisión Electoral para supervisar las elecciones. Finalmente, el mes pasado la Corte decidió que el Parlamento del Kurdistán debería estar compuesto por 100 miembros en lugar de 111 (porque se elimina la cuota reservada para las minorías) y que las elecciones deberían ser avaladas por la Comisión Electoral Nacional. Según los datos proporcionados por Dawid Salman, director de la Alta Comisión Electoral Independiente iraquí, hay al menos 3,6 millones de electores con derecho a votar en la región del Kurdistán.
La batalla de los líderes religiosos
La cuestión no concierne sólo a las minorías, sino que corre el riesgo de socavar la esencia misma del Kurdistán iraquí, su "autonomía" y su alma pluralista, que en los últimos años ha permitido que muchas personas encontraran refugio de la violencia y la persecución. Sobre todo entre 2014 y 2017, en los años de ascenso y dominación del Estado Islámico (EI, ex Isis) entre Siria e Irak, cientos de miles de personas - cristianos, yazidíes e incluso musulmanes - huyeron de Mosul y de la llanura de Nínive y encontraron un refugio seguro en Erbil, pese a la situación de desplazamiento. El cardenal Sako, entrevistado por el sitio de noticias kurdo Rudaw, afirmó que la reciente decisión del Tribunal de cancelar la cuota para las minorías del Parlamento kurdo era "inconstitucional". El cardenal dijo también que estaba preocupado por las razones mismas que determinaron el veredicto. “La decisión - explicó el cardenal - contradice la ley y la Constitución y no respeta las normas vigentes. Hay muchas cosas que no se pueden poner en manos del Tribunal".
No sólo los líderes cristianos, sino el propio Consejo de la Shura de la región del Kurdistán (uno de los principales organismos institucionales locales vinculados a la religión musulmana) han expresado durísimas críticas. “La decisión que ha tomado la Corte Suprema - señalaron los miembros en una nota - en violación de la Constitución y de las leyes, la convierte en la práctica en una autoridad superior a todos los demás poderes. Esto conlleva una multitud de consecuencias adversas, que incluyen dimensiones legales, políticas y sociales".
Una de ellas es la decisión de la mayoría de las facciones vinculadas a las comunidades turcomana, asirias y caldeas de boicotear la votación del 10 de junio. Al mismo tiempo, el Consejo expresa su "preocupación", porque la no participación en la votación será fuente de nuevos "problemas" de carácter político e institucional en la región autónoma, en la que existe un frágil pero esencial equilibrio entre diferentes realidades. Esto, advierten, está relacionado con el hecho de que "el Parlamento que se formará tras las elecciones no incluirá [sin las cuotas anteriormente establecidas por la ley] a los representantes de estas comunidades. Por lo tanto, es esencial - concluye la nota - que la Corte Suprema Federal iraquí se adhiera a la Constitución, ejerza sus privilegios tal y como indica la Constitución y evite violar las prerrogativas correspondientes a otros poderes" del Estado. Llamamientos y palabras que corren el riesgo de caer en oídos sordos y de arrastar a un país como Irak (y el Kurdistán), que ya ha sido escenario de tensiones y conflictos étnico-confesionales, a una situación de confusión y criticidad aún más graves.
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17/05/2022 17:07