Visita del Canciller alemán Scholz a Asia Central

de Vladimir Rozanskij

Un viaje que marca hasta qué punto ha aumentado el interés de los alemanes y de la UE en su conjunto por la región, especialmente en la cuestión de un corredor comercial alternativo a Moscú. Pero muchas empresas se muestran extremadamente cautas a la hora de invertir, asustadas por los daños económicos causados por la guerra de Ucrania y por un entorno local en el que domina la corrupción.

Astana (AsiaNews) - El canciller alemán Olaf Scholz realizó su primera visita oficial a Taskent y Astana, donde se reunió con los líderes de todos los países de Asia Central en el formato «5+1», la segunda de este tipo tras recibir a los cinco presidentes en Alemania el año pasado. Con la guerra local y mundial de Rusia como telón de fondo, el interés de los alemanes y de toda la Unión Europea por esta región crucial ha aumentado claramente.

Como confirma a Azattyk el experto de la Asociación Alemana de Política Exterior, Stefan Meister, «el principal interés radica en la búsqueda de nuevos socios para los recursos naturales, petróleo, gas y materiales raros». Alemania está dispuesta a invertir considerables recursos en esta dirección, aunque tras la cumbre de Berlín de 2023 los centroasiáticos quedaron bastante decepcionados, ya que siguen esperando la realización de los proyectos que se pusieron sobre la mesa en la primera reunión.

Sin embargo, el viaje de Scholz muestra la voluntad de los líderes europeos de continuar el diálogo y la cooperación con estos países, especialmente en materia económica y de inmigración. El Canciller alemán estuvo acompañado por una nutrida delegación de empresarios, lo que hizo que la cumbre fuera mucho más prometedora para el desarrollo real de los negocios y las perspectivas de los centroasiáticos, teniendo en cuenta que la economía alemana hasta hace dos años dependía en gran medida del gas ruso y otras materias primas que pueden encontrarse en esta zona.

Las inversiones más importantes a largo plazo se referirán sin duda al corredor comercial alternativo hacia Asia y China, a través de Asia Central, el Cáucaso Meridional y el Mar Negro. Todos los países europeos, los bancos internacionales y los agentes del mercado tecnológico y de infraestructuras están interesados en ello. Llevará mucho tiempo», comenta Meister, ya que “las condiciones de inversión en Asia Central no han mejorado, y hay una falta de seguridad jurídica por encima de la arbitrariedad autoritaria”. Muchas empresas se muestran extremadamente cautas, teniendo en cuenta además el trauma de las enormes pérdidas que supuso el cierre del mercado ruso, y la persistencia de una amplia corrupción en estos países.

Según el politólogo, hay que tener en cuenta que «Scholz no es un líder muy influyente en Europa, especialmente en el contexto de esta guerra», y no tiene la capacidad de relacionarse con los jefes de Estado y de Gobierno de Asia Central de forma eficaz y continua, lo que sería indispensable dado que estos países se administran «de arriba abajo». Además, incluso comparado con su predecesora Angela Merkel, Scholz «no está muy atento a la cuestión de los derechos humanos». No obstante, la cuestión de los inmigrantes y sus derechos se abordó en la cumbre, aunque sigue siendo «un tema secundario», según Meister.

Sin embargo, la sombra de la amenaza rusa sigue planeando sobre todo, como mencionó el presidente kazajo Kasym-Žomart Tokaev durante la reunión de Astana, al afirmar que «una nueva escalada de la guerra ruso-ucraniana podría acarrear consecuencias irreparables». Preguntado por el propio Scholz al respecto, Tokaev respondió que «es un hecho que Rusia en el terreno militar es invencible», y que de ello «se deriva una amenaza para toda la humanidad, y especialmente para los países más implicados en el conflicto entre Moscú y Kiev». El líder kazajo aún considera posibles las conversaciones de paz, aunque «se han perdido muchas oportunidades», empezando por el posible acuerdo de Estambul.

Tokaev también señaló que «los jefes de Estado van y vienen, por lo que los pueblos vecinos deben vivir en paz y entendimiento mutuo», recordando que entre Rusia y Kazajstán se extiende la frontera terrestre más larga del mundo. Kazajstán siempre ha mantenido «relaciones muy amistosas incluso con Ucrania y su cultura original», pero todo apunta a que «Putin no tiene intención de parar».