Vicario de Phú Yên: Mis feligreses se mueren de hambre por la contaminación
El Pbro. Đặng Hữu Nam describe la dramática situación causada por el Formosa Plastic Group, que durante meses ha estado descargando residuos en el mar. El gobierno ha anunciado que las aguas están limpias, pero “las barcas permanecen en la orilla y nadie quiere comprar el pescado”. Organizaciones de la sociedad civil quieren denunciar a la empresa ante una corte internacional.
Hanói (AsiaNews) – Los 1200 feligreses de Phú Yên, en la diócesis de Vinh, “vivían de la pesca, y cuando la fauna marina murió, empezaron a morir ellos también. En este momento las aguas aún están contaminadas, y las barcas permanecen en la orilla. Si alguien va a pescar, nadie compra su producto”. El Pbro. Đặng Hữu Nam, vicario de la parroquia de Phú Yên, describe así la situación que atraviesan sus fieles, azotados por el desastre ecológico que desde abril ha estado afectando las costas centrales de Vietnam.
En pocos meses, 70 toneladas de peces murieron a causa de la contaminación provocada por el Formosa Plastic Group, empresa taiwanesa del acero que descargaba sus residuos industriales en las aguas del mar. Durante todo este período, las autoridades no compensaron a los trabajadores afectados por los daños provocados, y tampoco ayudaron a las familias en dificultades. La Iglesia y la sociedad civil no se cansan de criticar al gobierno de Hanói, por hallarlo culpable de haberse demorado en investigar el caso, por no haber tutelado la salud de los ciudadanos y por haber reprimido con violencia las manifestaciones pacíficas.
Hace algunos días, las autoridades vietnamitas anunciaron que las aguas del mar han vuelto a estar limpias, pero los habitantes locales no están convencidos de ello y aún no comen el pescado que proviene de las zonas en riesgo. El Formosa Plastic Group fue multado por 550 millones de dólares, suma que abonó hace dos días. El gobierno confirmó el derecho de dicha empresa a operar en el país, y el Formosa Plastic Group ya anunció que no cambiará su método de producción.
Ayer, 18 organizaciones de la sociedad civil firmaron una carta abierta, haciendo un llamamiento para que las personas afectadas denuncien a la empresa.
“Las dificultades de las familias –continua el Padre Nam- son realmente trágicas. Los pescadores ya eran pobres antes de suceder esto, pero ahora lo son aún más. Corren el riesgo de ir a la quiebra, porque deben pagar los préstamos de los bancos, a través de los cuales han adquirido sus herramientas de pesca. Los niños corren el riesgo de no asistir a la escuela el próximo años, porque las familias no pueden afrontar el gasto”.
El gobierno, hace saber el sacerdote, “todavía no ha distribuido ni siquiera arroz para las personas afectadas por la contaminación”. La población además está convencida de que la multa pagada por la empresa siderúrgica no es suficiente. Nguyễn Quang, capo del Fórum de la sociedad civil de Vietnam, afirma: “Creo que el Formosa Group ha dañado el ambiente de forma deliberada, por sus intereses económicos. Por eso, cada una de las víctimas de la empresa tiene todo el derecho a denunciarla. Nosotros tenemos pensado demandarla ante una corte internacional, porque el caso no debe estar necesariamente vinculado a la legislación vietnamita”.
01/07/2016 12:04