Vicario de Arabia: la Casa de Abraham un modelo "positivo" para una Tierra Santa en guerra

de Dario Salvi

Desde Yemen, los Houthis atacan con drones el sur de Israel. El líder supremo de Irán llama a los musulmanes (y árabes) a unirse contra el Estado judío, empezando por un boicot económico. Ante el riesgo de una expansión de la guerra en Gaza, monseñor Martinelli habla de un "lugar profético" de "confrontación y paz". No doblegar la religión a un "propósito de conquista". El Papa vuelve a los Emiratos para la COP28.

Roma (AsiaNews) - La guerra en Gaza entre Israel y Hamás, los acuerdos abrahámicos, el diálogo interreligioso entre representantes de las tres confesiones monoteístas que encuentran una raíz común en el primer patriarca y progenitor de judíos y árabes. El nuevo conflicto que inflama Tierra Santa visto desde la perspectiva del Golfo muestra las múltiples implicaciones para toda la región de Oriente Medio, como señala a AsiaNews monseñor Paolo Martinelli, vicario apostólico de Arabia Meridional (Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen). Un vínculo que corre el riesgo de precipitarse en una implicación directa, porque desde uno de los territorios del vicariato (Yemen), los rebeldes Houthi -apoyados por Irán- lanzaron en los últimos días un ataque con drones hacia Eliat, en el sur de Israel. Una "represalia", como declaró un alto responsable del grupo, pero que alimenta el temor a una ampliación del conflicto.

"Todo está conectado", estos lazos y alianzas opuestas "pueden jugar un papel" no sólo para los ataques con misiles y drones de un país, sino en una perspectiva de "diálogo" pensando en los Emiratos y en el propio sultanato de Omán, que mantiene sólidas relaciones con Irán. "Aunque", admite, "no hay grandes esperanzas por el momento". En Roma en las últimas semanas para asistir al Sínodo, monseñor Martinelli ha mantenido un contacto constante con colaboradores del vicariato sobre la evolución de la situación y para evaluar las repercusiones de este nuevo conflicto. "Los proyectos siguen adelante, también porque desde los Acuerdos Abrahámicos, los Emiratos mantienen buenas relaciones con Israel. También está la Casa de la Familia Abrahámica, en cuyo interior se está trabajando", explica, "aunque, en general, el nivel de seguridad haya aumentado".

"Los emiratos", dice el vicario, "tienen autoridad para promover el diálogo" entre las partes, ya que "en el pasado dieron vida a la Casa Abrahámica y acogieron un encuentro entre el papa Francisco y el gran imán de al-Azhar" en 2019, con la firma del documento sobre la fraternidad. Ayer por la tarde, el pontífice anunció su intención de volver al país del Golfo del 1 al 3 de diciembre para participar en la COP28, la conferencia de la ONU sobre el clima. "La esperanza -continuó monseñor Martinelli- es que la guerra no interrumpa el camino iniciado, sería un paso atrás que debemos evitar por todos los medios". Por el contrario, la relación que se ha creado y los frutos que han surgido hasta ahora tienen un "valor profundamente profético que, hoy, adquiere aún más valor". En efecto, yendo más allá de los conflictos, se pueden cultivar lugares de confrontación y de paz, donde se persiga el bien común y se perciba positivamente la relación entre las religiones. Por eso es aún más importante apoyarla".

La Casa de la Familia Abrahámica es el edificio simbólico del diálogo entre confesiones en los Emiratos Árabes Unidos: alberga una iglesia, una sinagoga y una mezquita y es uno de los legados de la visita del Pontífice, durante la cual también tuvo lugar la firma del documento sobre la Fraternidad Humana con Ahmed el-Tayyeb, en presencia de más de 400 líderes religiosos, para promover la convivencia entre los pueblos y combatir el extremismo. La "casa" puede ser un modelo "positivo" para Tierra Santa: "Donde hoy hay enfrentamientos", explica, "las tres religiones han tenido que enfrentarse a las dificultades de la convivencia, partían de contrastes y han tenido que intentar superarlos", observa el prelado. En Abu Dhabi, añade, "esta relación ha sido deseada positivamente, no parte de un problema sino de un deseo, es decir, ser para el mundo un signo de que podemos vivir juntos, no sólo dialogar sino convivir de verdad". De este modo, afirma, los descendientes de Abraham "aprenden a conocerse superando prejuicios, experimentando un camino de compartir según valores comunes". En esta perspectiva, un "Estado fuerte y con autoridad" es importante y los Emiratos "son un ejemplo de ello", mientras que en otros lugares -empezando por la situación israelo-palestina y una solución de dos Estados que nunca se ha aplicado- las condiciones son diferentes.

Como ha señalado el Card. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, el conflicto que estalló tras el atentado de Hamás del 7 de octubre y la posterior respuesta militar de Israel está añadiendo cada vez más un elemento religioso a la esfera política. En las últimas horas, el líder supremo de Irán convocó al mundo musulmán (y árabe) contra Israel, empezando por el bloqueo de las importaciones de alimentos y petróleo. La guerra encendió los ánimos y desencadenó ataques contra judíos o musulmanes, según la plaza, avivando las tensiones confesionales. El Vicario de Arabia recuerda cómo el documento del Papa y del imán "insiste precisamente en este elemento: evitar enraizar los conflictos en el ámbito religioso", excluyendo que la violencia pueda cometerse "en nombre de Dios". La religión -concluye- puede mover sentimientos y fuerzas muy profundas, son las preguntas últimas del hombre. Es el elemento más íntimo de la persona y querer doblegarlo a un propósito de conquista es traicionar la experiencia religiosa en su verdad'.