Vicario de Arabia: Cuaresma en Omán, Iglesia peregrina que reza por los cristianos perseguidos

Mons. Hinder describe una comunidad “rica de alegría” que se prepara a la Pascua “participando en modo intenso en la liturgia”. El compromiso y la fatiga de estar presentes en la funciones, recorriendo centenares de quilómetros. Los fieles en su mayoría trabajadores migrantes provenientes de India y Filipinas. Familias separadas, atención pastoral entre las prioridades. El islam local, moderado y modelo de convivencia.

Mascate (AsiaNews)- Una Iglesia “peregrina, fiel en la oración, rica de alegría”, que vive este período de Cuaresma “participando en modo intenso en la liturgia”. “Muchos extranjeros realizan enormes esfuerzos no sólo a nivel de ayunos y abstinencia, sino también como hecho práctico para participar en las celebraciones o ayudar a cuántos tienen necesidades”. Es cuánto narra a AsiaNews, Mons. Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia meridional (Emiratos Árabes unidos, Omán y Yemen), describiendo a la comunidad católica de Omán en estas semanas que nos llevan hacia la Pascua. “Entre los fieles-explica- se le da mucha atención respecto a cuánto sucede en el vecino Yemen y por los cristianos perseguidos (en el mundo), grande es el deseo de ayudar ya sea con las obras como también a través de la oración”.

A nivel de comunidad, cuenta el prelado, los fieles intensifican “las funciones entre los miembros del mismo grupo lingüístico”; a esto se agregan los encuentros para el Via crucis y las confesiones, que “en Cuaresma se registran adhesiones más grandes” respecto a los períodos del año. “Todos los católicos-agrega- son inmigrantes, en su mayoría indios y luego filipinos. Es por esto que hay funciones según los grupos lingüísticos, si bien la lengua principal es el inglés y como Iglesia, invitamos a los fieles a frecuentar las misas para reforzar la unidad”. “Los invito a tener coraje- prosigue Mons. Hinder- a acercarse a la misa en inglés, para tener una experiencia siempre más amplia de la pertenencia. El peligro es el de refugiarse en el pequeño mundo constituido por el grupo étnico y lingüístico, si bien prevalece una actitud general de apertura”. Una atención a la práctica religiosa, advierte el prelado, a la cual debemos educar “ante todo a los niños y estos son uno de los mayores desafíos: también en Omán, como en otras realidades del vicariato, los niños deben ser catequizados y es esencial el rol de los laicos”.

Mons. Paul Hinder, de 74 años es vicario apostólico para Arabia meridional (Emiratos, Omán, Yemen), es un obispo franciscano que fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1967. El 20 de diciembre de 2003 fue nombrado obispo auxiliar de Arabia Saudita y consagrado el 30 de enero de 2004. El 21 de marzo de 2005 sucedió a Mons. Bernardo Gremoli. Es miembro del Pontificio consejo de la pastoral para los Migrantes y de la Conferencia de los obispos latinos de Oriente Medio.

En el país árabe, los católicos son más o menos 55 mil, expatriados y trabajadores migrantes, par al 25 del total de la población. Los cristianos son el 6,5%, los hindúes el 5,5%, mientras la gran mayoría (par a al 75%) es de fe musulmana. En total hay cuatro parroquias confiadas a la atención de siete sacerdotes: la parroquia de san Antonio de Padua en Sohar, la iglesia de los santos Apóstoles Pedro y Pablo en Ruwi, la parroquia del Santo Espíritu en Muscat y la iglesia de san Francisco Javier en Salalah.

El compromiso de la iglesia local, precisa Mons. Hinder es justamente el de “formar a los catequistas, hombres y mujeres, voluntarios que dedican parte de su tiempo para enseñar la doctrina y la fe cristiana. Debemos prepararlos, ayudándoles en su compromiso y esfuerzo”. De hecho, muchos de ellos, “consagran su único día libre por semana (día de fiesta para el islam) para este servicio y en algunas parroquias este elemento representa un desafío”.

Analistas y expertos afirman que Omán representa un “modelo” entre los Estados del Golfo, ya sea por su lucha contra el terrorismo como en tema de libertad religiosa. Una nación conservadora en el plan social, en el cual los ciudadanos luchan en defender valores y tradiciones si bien reivindicando paridad de derechos de género; además, limitada, la interferencia del Estado en la vida de las personas, a diferencia de cuánto sucede con la policía islámica (mutaween) en Arabia Saudita.

Si bien está prohibido el proselitismo, la escuela de pensamiento dominante es el Ibadismo, una filosofía religiosa islámica que precede a las sectas mayoritarias sunitas y chiitas y es famosa por su tolerancia hacia las otras religiones. La fe y las enseñanzas Ibadí han influido también en las elecciones de política exterior, que ven a Omán en lucha contra la ideología radical. Artífice de aquella que las investigaciones definen como la sociedad más “feliz” de Oriente Medio el Qaboos bin Said Al Said pero que estando enfermo y es anciano, se encuentra en tener que enfrentar- y dirigir- el pasaje de poderes con el objetivo de salvaguardar los principios principales del país. La dirigencia trata de mantener una cierta “neutralidad” frente a la crisis regionales y mundiales, gracias también a la naturaleza específica del islam profesado dentro de sus confines. Se trata de mantener buenas relaciones con irán, sin por esto hacer enojar al gigante saudita. Un camino en el filo de la navaja, que hasta ahora le valió la definición de la “Suiza de Oriente Medio”.

La realidad católica de Omán, según lo que narra Mons. Hinder, es “muy similar na las otras de la región, si bien las leyes y las características del país condicionan” en parte la vida. “Los cristianos-prosigue- están esparcidos en todo el territorio, algunos por trabajo se encuentran a unos 2/4/ 500 km de la parroquia y no pueden participar cada semana en la misa. Tratamos de ayudarlos, de hacerlos sentir que son parte de la comunidad organizando el transporte a bordo de autobuses o taxis. Hay fieles que gozan de un discreto tenor de vida, otros están con más dificultades”.

Como en muchas otras partes de la región, admite el vicario, está presente el tema “de las familias separadas, sino además destruidas”. “Y con la crisis económica, que comporta el retorno a la casa de los parientes, de cuantos no trabajan, el drama arriesga de aumentar en el futuro”. Por otro lado nadie está “seguro” de poder permanecer en el país “no teniendo la ciudadanía” y la permanencia está ligada al permiso de trabajo. He aquí, por qué. Agrega. Estamos frente a “una realidad volátil, a una iglesia peregrina en el verdadero sentido de la palabra, en camino, mutable. Esto implica un cambio permanente y este es un desafío para el trabajo pastoral: para dar u hacer un ejemplo, no sabemos si los catequistas de este año estará el próximo, vivimos a veces también de improvisación. Tratamos de hecer lo mejor ´posible para ir al encuentro de las exigencias de cuantos tienen necesidad de ayuda “a nivel psicológico, pastoral, espiritual”. La evangelización concluye Mons. Hinder, queda un elemento que excluye el mundo musulmán, pero no es raro que involucre a fieles de otras religiones no musulmanas: “No son raros los casos de conversiones, por ejemplo, entre los hindúes y también entre los mismos europeos en precedencia ateos o que aquí, en una tierra tan lejana de la de ellos, redescubran el deseo de la fe y el retorno a la oración”. (DS).