Vicario de Alepo: primeros acuerdos entre el gobierno y los rebeldes, “pequeños pasos” para que termine la guerra
Alepo (AsiaNews)- La situación “permanece difícil, pero se entrevé algo nuevo: tentativos de diálogo, el deseo de estar juntos, pequeños acuerdos en algunas zonas del país, éstos son signos de aliento y de esperanza”. Es cuánto refiere a AsiaNews el vicario apostólico de Alepo de los Latinos, mons. Georges Abou Khazen, comentando el esfuerzo diplomático que permitió la consigna de ayudas en zonas desde hace tiempo asediadas, en el cual la población se moría de hambre. “Lo que está sucediendo en Madaya y en otros pueblos chiíes del norte de Siria-agrega el prelado- donde entran las ayudas y está en acto una especie de tregua, no significa la paz en el país. Pero es uno de los primeros, pequeños pasos que hay que realizar para frenar el conflicto. Gobierno y rebeldes dialogan entre ellos, algunos se retiran, otros entregan las armas”.
En Siria hasta 4,5 millones de personas viven en zonas disputadas y difíciles de alcanzar por las agencias humanitarias, entre las cuales al menos cuatrocientos mil en quince localidades bajo asedio. Entre éstas está Madaya, a unos veinticinco quilómetros de Damasco y a sólo once de la frontera con Líbano; desde julio pasado la zona está asediada por fuerzas gubernamentales, apoyadas por los chiíes libaneses de Hezbollah. Situaciones análogas se registran en Faoh y Kefraya- bajo asedio por parte de las milicias rebeldes- en cuyo interior hay al menos veinte mil personas atrapadas desde marzo pasado y sin ayudas.
El 11 de enero pasado una caravana de la Cruz roja internacional y de la Media luna roja bajo la égida de la Onu entró en Madaya, con comida y abastecimientos. Hoy una segunda caravana de ayudas, compuesta de sesenta camiones, partió de Damasco cargados de harina, remedios y productos para la higiene personal.
“En Siria la mayor parte de las personas está llegando a la conclusión o convicción- afirma el vicario apostólico de los Latinos- que la guerra no es la única opción. Sólo Daesh (acrónimo árabe para el Estado islámico) y al-Nusra (al-Qaeda en Siria) desean el conflicto, las violencias, pero los grupos locales han entendido que es necesario terminar con la violencia. Y para llegar a la paz es fundamental el diálogo entre ellos”. Además, estos acuerdos locales en el pasado eran fruto sólo de “con imposiciones externas” mientras que ahora “es la gente misma que pide la finalización de la violencia, que se detenga el uso de las armas. ¡Esto, para mí es una pequeña señal que lleva al optimismo!”.
En estos días algunas personalidades de primer plano, entre los cuales el Patriarca melquita Gregorio III Laham, han lanzado el alarma para el peligro que las mercaderías terminen en manos de bandas criminales y grupos terroristas. “Estamos por lo tanto en una situación de guerra- explica mons. Georges- y existe siempre el riesgo que alguien se apropie de bienes y ayudas. También en tiempo de paz hay comerciantes que lucran sobre los alimentos, ¡imaginémonos ahora! El hecho que los bienes sean distribuidos por las Naciones Unidas deberían ser una garantía”. “también nosotros en Alepo estamos bajo asedio- prosigue- y quizás en Madaya se hizo un uso instrumental de la situación. Es justo lanzar el alarma, pero no es necesario aprovecharlo para finalidades políticas”.
Mientras tanto se mueve la diplomacia internacional, con las principales potencias mundiales que presionan por “acciones inmediatas” finalizadas a la consigna de ayudas a las poblaciones en dificultad. El enviado especial de la Onu, Staffan de Mistura se encontró con los embajadores de los países miembros permanentes del Consejo de seguridad (Gran Bretaña, China, Francia, Rusia, EEUU). Durante el vértice el alto diplomático habló de “importancia crucial” en el mantener “los canales” de abastecimiento “abiertos”.
Para el prelado se trata de esfuerzos “verdaderos y sinceros”, porque “también otras naciones de la región como Turquía” víctima también ella de ataques recientes “se dieron cuenta del hecho que este brasero de violencia va apagado. Desde el exterior hay fuerzas que alientan para dividir al país, que soplan sobre el conflicto, que aprovechan de la religión y alimentan el odio confesional por intereses económicos y políticos”.
“Ataques y violencias permanecen como problemas al orden del día- continúa el vicario apostólico- desde hace cien días Alepo está sin electricidad, el agua escasea, la gente sobrevive, cuando puede, usando los generadores…estamos al frío y al hielo y la situación se complica para los niños, los ancianos y los enfermos”. En este contexto surgen señales que nos dan un cauto optimismo, porque “no podemos jamás perder la esperanza. Un ejemplo es la ayuda cotidiana de algunas familias, cristianas y musulmanas, que dan a otras familias más pobres, que no tienen ni siquiera comida ni agua. Una caridad desinteresada-concluye- y que no mira a la fe, a la etnia del necesitado. En este contexto se siente el valor de la misericordia, en el Año jubilar, en un país que desde hace cinco años no conoce misericordia sino violencia y terror. Pero a través de la misericordia se puede cambiar todo, la mentalidad, los sentimientos, los comportamientos”.
12/01/2016
