Vicario de Alepo: el ataque de EEUU contra el ejército sirio no fue un error

La población espera que se prolongue el cese del fuego, pero predomina un sentimiento de escepticismo. Para Mons. Georges Abou Khazen el ataque americano del 17 de septiembre “pone en riesgo la frágil tregua”. En estos días de relativa paz, la comunidad cristiana llenó las iglesias por las celebraciones dedicadas a la Madre Teresa. La obra de la Misioneras en Alepo.

Alepo (AsiaNews)- Lo que población siria desea es que “la tregua pueda continuar”, si bien no hay “una gran confianza” en que esto suceda, particularmente “después del ataque americano contra las tropas del ejército sirio en Deir el-Zor". Es cuánto refiere a AsiaNews,el vicario apostólico de Alepo de los Latinos, Mons. Georges Abou Khazen; el prelado está seguro de que el ataque de la aviación estadounidense del 17 de septiembre pasado contra los soldados de Damasco, comprometidos en la ofensiva contra el Estado islámico (EI), “no es un error”, sino la continuación de “un objetivo preestablecido”.

Los EEUU, prosigue el vicario de Alepo, “están presentes” en el área de Deir el-Zor “con bases militares y fuerzas terrestres”. Analizando “los hechos”, continúa Mons. Abou Khazen, se desprende que el ataque de los EEUU “parecía actuar como una cobertura aérea para los yhiadistas”. De hecho, los milicianos de Daesh (acrónimo árabe de EI) “han contratacado” aprovechando los bombardeos de EEUU, “como si hubiera un acuerdo de entendimiento” entre Washington y los yihadistas.

La administración estadounidense definió a la operación como un error que ha causado “una pérdida no deseada de vidas humanas”. El día después del ataque, Washington y Moscú intercambiaron acusaciones al margen del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York. El vocero del presidente sirio Bashar al-Assad no cree en la versión del accidente y el aliado ruso también planteba pesadas dudas al respecto.

Lo cierto es que el ataque aéreo debilitó a las fuerzas del gobierno sirio, comprometidas en el asedio de uno de los bastiones yihadistas -junto a Raqqa- del EI en Siria.

Según algunos analistas y expertos, el objetivo de Washington sigue siendo mantener la presencia yihadista en Siria, facilitando de este modo la inminente ofensiva contra el EI en Mosul, en Irak. Y, mientras tanto, detener la avanzada del eje Damasco, Moscú, Teherán y las conquistas militares del ejército regular sirio de las últimas semanas.

Mientras tanto, se torna cada vez más difícil la hipótesis de una continuación de la tregua vigente desde el 12 de septiembre y que caduca hoy, a las 7 de la tarde hora local. El cese del fuego iniciado con la fiesta islámica del Sacrificio (Eid al-Adha) es el último de una serie de esfuerzos diplomáticos emprendidos hasta ahora por Washington y Moscú. El objetivo es tratar de frenar un conflicto que ya lleva cinco años y que ha causado, según estimaciones actualizadas, más de 300.000 muertos (430.000 según otras fuentes) y millones de prófugos, originando una crisis humanitaria sin precedentes. Más de 4,8 millones de personas escaparon el exterior y hay 6,5 millones de evacuados internos. La situación de mayor tensión se sigue viviendo en Alepo, la metrópolis del norte de Siria, donde cuando menos 250.000 personas siguen atrapadas en el sector oriental.

La gente ha vivido esta semana de tregua “con esperanza”, estaba más “relajada” confirma el vicario de Alepo, aunque sigue habiendo una sensación “difundida” de “escepticismo” en cuanto a la voluntad real de deponer las armas. “En estos últimos días -agrega el prelado- se registraron sólo esporádicos combates durante la noche, pero el cese del fuego en general se mantuvo, y esperemos que pueda continuar. El temor es que esta vez, tal como ocurrió en el pasado, a la tregua le siga un conflicto más intenso aún”.

Los fieles de la metrópolis del norte de Siria han aprovechado estos días de relativa calma para participar en dos celebraciones solemnes en acción de gracias por la canonización de la Madre Teresa. “Hemos celebrado una misa ayer -cuenta el vicario- en la parroquia de San Francisco, y la iglesia estaba completamente colmada. Lo mismo sucedió la semana pasada, en ocasión de la primera misa en la catedral”. Al finalizar la celebración, la comunidad católica “ofreció un almuerzo para los pobres”.

En Alepo hay cinco misioneras de la Caridad, que dirigen un asilo de ancianos en el cual hay 52 ancianos que no pueden valerse por sí mismo, narra Mons. Abou Khazen. “Los huéspedes de la casa son todos cristianos -agrega- pero las hermanas se ocupan también de otros ancianos que no están alojados en el hogar, tanto cristianos como musulmanes, sin hacer distinciones en base a la pertenencia religiosa”. Alepo es una ciudad que “sufre”, tanto en la zona oeste (gubernamental) como en el sector este (en manos de los rebeldes). Sin embargo, la iglesia local quiere ser un signo de esperanza. “Por eso -concluye el prelado- a fin de mes tenemos programado un gran encuentro sobre la familia, una jornada de fiesta y de reflexión. Para entender lo que significa ser familia en una realidad de guerra y sufrimiento”.