Vicario de Alepo: Las sanciones contra Siria, un crimen que hunde a la población

Antes de la guerra por un dólar se pagaban 48 liras sirias; hoy casi 700. La inflación bloquea las importaciones, sobre todo los remedios que salvan la vida como los quimioterápicos. Mons. Abou Khazen: de conflicto militar a guerra comercial. Aflojar la prensa”antes que la situación precipite”.

Alepo (AsiaNews) - Las sanciones económicas contra Siria “son un crimen” que afecta ante todo a “la población” e impide, de hecho, la recuperación de una nación “todavía en dificultad” después de 8 años de guerra. Es cuanto subraya a AsiaNews el vicario apostólico de Alepo de los latinos, Mons. Georges Abou Khazen, según el cual “de un conflicto militar se pasó a una “guerra económica y comercial” y a sufrir “es siempre la gente común. esto es por qué- agrega- van quitadas inmediatamente, antes que la situación precipite”.

Una de las señales más evidentes de la presión de las potencias occidentales hacia Siria es el derrumbe de la moneda local. “Antes de la guerra-recuerda el prelado- un dólar estadounidense equivalía a 48, máximo 50 liras sirias. La semana pasada llegó a tocar la cuota 700 liras y hoy el tipo de cambio está alrededor de las 630 liras”. Esta inflación, advierte Mons Georges Abou Khazen, “bloquea la economía y toca a las personas comunes, primeras víctimas del costo de vida.

“En el día de hoy-narra el vicario de Alepo- cuesta encontrar bienes y recursos, también aquellas de primera necesidad. Sobre todo las mercaderías que viene de afuera, las personas no saben cómo comprarlas porque les falta dinero y los recursos a disposición escasean. Faltan tantas cosas que, antes de la guerra, se podían encontrar con facilidad”. Mientras tanto, advierte, “las personas deben sobrevivir con la misma paga de período pre-bélico, pero es obvio que hoy el poder de compra de los salarios es mucho más inferior. Hoy, de hecho, no se vive”.

Analistas y expertos concuerdan en el considerar que el derrumbe de la lira sea una de las señales más evidentes de las gravísimas dificultades atravesadas por un país que trata con fatiga para salir de un dramático conflicto. Después de 8 años la situación de Damasco, Alepo y otros grandes centros para haber “mejorada desde un punto de la seguridad” como confirma el vicario apostólico, pero mucho queda para hacer “bajo el perfil económico y algunos restos de conflicto, como aquella aún en acto en Idlib, preocupan y es grande el temor de una nueva escalada por la presencia en el área de intereses contrastantes entre kurdos, turcos, EEUU y aliados regionales.

Entre las causas del derrumbe de la lira el elevado pedido de moneda estadounidense en el vecino Líbano, cuyo sistema bancario es utilizado por los importadores sirios para las transacciones. El gobierno está tratando de intervenir para bloquear la inflación y detener el mercado negro, pero los recursos puestos en campo hasta ahora se revelaron insuficientes. La crisis de la moneda puso de rodillas sobre todo a los importadores, obligados a comerciar en dólares. “Hay una cantidad de productos- cuenta Haytham Ghanmeh de 58 años- comerciante en cosméticos en la ciudad vieja en Damasco- que no se encuentran más en los mercados, porque tenemos muchos temores para comprar, vistos los precios actuales”.

El nudo central, vuelve a subrayar el vicario de Alepo, quedan las sanciones que, entre otras, han “casi han puesto a cero la importación de remedios que salvan la vida como los quimioterápicos para la curación del cáncer u otras patologías importantes, la situación es bien diversa”.

“La gente está siempre más cansada y no sabe qué hacer” admite desconsolado Mons. Abou Khazen. “Después de la guerra militar-subraya- ahora debemos afrontar la económica por las sanciones de EEUU y las europeas. Cada familia puede disponer de sólo 100 litros de gasolina por mes, un contenedor de gas que basta a mala pena para cocinar y no hablemos del gasóleo para calefaccionar, en vista del invierno”. “Llegados a este punto-concluye el prelado- cuesta más ir adelante y la gente está perdiendo la esperanza”.