Viaje del Papa a Chipre y Grecia: la frontera entre el cristianismo y el Islam
La etapa griega es un homenaje a la ósmosis entre el pensamiento griego y cristiano. Nueva visita a Lesbos para un encuentro con los refugiados varados en la isla. Chipre como ejemplo en el pasado de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos. Las penurias de los chipriotas tras la invasión turca de 1974.
Atenas (AsiaNews) - El Papa Francisco se dispone a visitar Chipre y Grecia del 2 al 6 de diciembre, dos países mediterráneos de profunda tradición cultural helénica, donde el pensamiento griego ha abrazado y se ha identificado con la doctrina cristiana. Dos naciones con orígenes comunes, pero con una trayectoria histórica diferente.
El viaje a Grecia es un homenaje a la ósmosis entre el pensamiento griego y cristiano, que se expresa en el Nuevo Testamento, en los concilios ecuménicos del primer milenio y en las reflexiones de los grandes teólogos del Oriente cristiano. Es también un regalo por el bicentenario de la independencia griega, expresión del deseo de libertad de un pueblo frente a cualquier tipo de opresión que humille la dignidad de la persona humana.
La etapa en Lesbos no solo está destinada a expresar su cercanía a los migrantes, sino también a recordar que la Iglesia de Cristo sigue existiendo. Junto con el Patriarca Bartolomé y el Arzobispo de Grecia Ieronymos, el Papa ya había viajado a la isla griega en 2016 para encontrarse con los desesperados refugiados sirios y de otros países, víctimas de la tragedia de la guerra.
Aunque la presencia de los prelados no resolvió las causas profundas, sin duda ha sensibilizado a la sociedad civil. Por eso la visita de Francisco a Lesbos no se debe considerar una simple conmemoración sino más bien una manera de recordar nuestras obligaciones como cristianos sinceros a las puertas de Europa.
Sobre todo no se debe olvidar que Chipre, la frontera extrema de Europa con los continentes asiático y africano, fue la cuna de la primera iglesia apostólica cristiana europea de los apóstoles Pablo y Bernabé. Este último ordenó a Lázaro como primer obispo de la isla.
La Iglesia de Chipre es también la primera autocéfala del mundo cristiano. Debido a su importante posición geopolítica, a lo largo de los siglos la isla ha sido escenario de todo tipo de enfrentamientos e invasiones sin perder, sin embargo, su identidad cultural griega y su fe cristiana. Incluso durante la ocupación musulmana, primero árabe y luego turco-otomana, la población local siempre encontró una forma de convivencia y respeto mutuo.
En el pasado, las comunidades religiosas chipriotas — cristiana (principalmente greco-ortodoxa, armenia y melquita), musulmana (turcochipriota) y judía — coexistían pacíficamente, construyendo iglesias, mezquitas y sinagogas una al lado de la otra.
La invasión de la isla en 1974 por parte del ejército turco provocó la ruptura. Aparentemente Ankara intervino para restablecer la base constitucional de la República de Chipre, tal como la definieron los Tratados de Londres de 1960, tras el intento de los coroneles de Atenas de derrocar al presidente chipriota elegido democráticamente, Makarios.
La consecuencia de la invasión fue la división de la isla en dos partes, separadas por alambre de púas, el desplazamiento forzado de poblaciones, así como el traslado de 150.000 colonos de la Anatolia profunda para alterar la demografía de la isla, además de la presencia estable del ejército turco con 35.000 hombres.
La invasión tuvo como consecuencia no solo la islamización forzada de la parte norte de la isla sino también la destrucción de casi todas las reliquias del patrimonio cultural local, la mayoría de las cuales se vendieron en los mercados europeos. También hay que tener en cuenta que la mayoría de los turcochipriotas originales emigraron después a Europa, Canadá y Australia porque no aceptaron el autoritarismo de Ankara. E incluso la tercera generación de colonos traídos de Anatolia ya expresa la necesidad de respirar un aire diferente.
Cabe recordar asimismo que Turquía nunca ha respetado las resoluciones de la ONU con respecto a Chipre. Una de las causas fundamentales de la cuestión chipriota es el control de los recursos de Oriente Medio, y no solo económicos. El ex primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, un teórico de la política "neo-otomana", habla explícitamente sobre la importancia de Chipre para Turquía en su manual titulado Stratejik Derinlik (Profundidad estratégica): "Aunque no hubiera existido ni un solo turco musulmán en la isla, Chipre siempre ha sido un territorio estratégico para nuestros intereses”.
Con la división de Chipre, la Turquía republicana obtuvo la segunda conquista más importante, después de la región de Hatay en 1938.
En este contexto, la visita del Papa Francisco adquiere un carácter muy significativo para Chipre. Podrá reiterar la importancia de "Fratelli tutti" y recordar que para obtener respeto debemos proponer nuestras convicciones religiosas sobre las cuestiones existenciales.
Ningún credo religioso, como dice el gran teólogo ortodoxo Ioannis Zizioulas, justifica su existencia por el solo hecho de declarar que posee la verdad. Debe demostrar - sigue diciendo Zizioulas - que ese credo religioso existe no para esclavizar a la persona humana sino para hacerla libre y dar respuesta a la preguntas fundamentales. Sólo así el mundo no perderá la esperanza ni recurrirá a los fundamentalismos.
Chipre, que en el pasado ha sabido construir la convivencia entre diversos, espera mucho de Francisco y podría convertirse en un ejemplo para el convulsionado mundo de Oriente Medio.
16/04/2016 15:11
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