Vaticano a los jainistas: colaboramos por la paz y la no violencia, a partir de las familias

de Purushottam Nayak

El Consejo pontificio para el Diálogo interreligioso difunde el mensaje para la fiesta jaimista de Mahavir Jayanti. Con la ocasión se celebra el 2615° aniversario del nacimiento del maestro Tirthankar Vardhaman Mahavir. En India los jainistas son el 0,45 de la población, o sea 4,5 millones de fieles.

Nueva Delhi (AsiaNews)- “Juntos podemos promover la práctica de la no violencia en las familias”. Es el mensaje del Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso para la fiesta jaimista de Mahavir Jayanti. El documento, firmado por el Card. Jean Louis Pierre tauran, fue difundido ayer. El Consejo augura a los jainistas, cuya religión se basa justamente en el principio de la no violencia, sus “más calurosas felicitaciones por la celebración del 2615° aniversario del maestro Tirthankar Vardhaman Mahavir”.EI Card. Tauran agrega: “Pueda este evento traer felicidad y paz en vuestros corazones, en las familias y en las comunidades”.

La fiesta de Mahavir Jayanti es la más importante del calendario jaimista y este año se desarrollará el 9 de abril. Las celebraciones serán marcadas en todo el país por procesiones, cantos de himnos sagrados, oraciones y el compartir de las comidas. Ella recuerda el nacimiento del 24° tirthankara (maestro), filósofo y asceta indio que vivió en el VI siglo A.de C. que dio culto a la forma actual. Se trata de una religión basada en la igualdad de casta (a diferencia del hinduismo brahmán) que tiende a obtener la liberación del ciclo de las existencias a través de una serie de prácticas de austeridad. Según el último censo sobre las comunidades religiosas, en India sus seguidores son el 0,45 de la ´población, o sea 4,5 millones (sobre un total de 1,2 millones de habitantes).

Dirigiéndose a los fieles jainistas, el presidente del Consejo Pontificio subraya: “La violencia, con sus muchas y varias formas, se convirtió en la principal preocupación en muchas zonas del mundo. Por esto en esta ocasión quisiéramos compartir con vosotros una reflexión sobre el modo en el cual nosotros, cristianos y jainistas, podemos alentar a la no violencia en las familias para cultivar la paz en la sociedad”.

Según el purpurado, a menudo “la violencia nace de una educación dañina y de adoctrinamiento peligrosos”. Por lo tanto, continúa, “es necesario que las familias se conviertan en escuelas eficaces y cumplan todo esfuerzo para hacer florecer el valor de la no violencia”. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, secretario del Consejo Pontificio, agrega que la no violencia “es la concreta aplicación de la regla de oro “Haz” a los otros lo que quisieras te hicieran a ti”. Esto implica que respetamos y tratemos al otro, comprendido al diverso, como una persona dotada de dignidad intrínsica y de inalienables derechos”.

En su mensaje, el Consejo evidencia que “el rechazo de algunos de aceptar “al otro” en general y “el diverso” en particular, sobre todo por miedo, ignorancia, desconfianza o sentido de superioridad, generó una atmósfera de difundida intolerancia y violencia”. “Esta situación-sugieren los obispos citando las palabras pronunciadas por Benedicto XVI en el Ángelus del 18 de febrero de 2018-puede ser superada ‘contraponiendo a ella más amor, más benevolencia’”.

Y es la familia, continúa el documento, “el lugar primario donde la contra cultura de la paz y de la no violencia encuentra terreno fértil. Es aquí que los niños-según la Exhortación: “Amoris laetitia” del Papa Francisco-guiados por el ejemplo de padres y ancianos, aprenden a comunicar y a mostrar los problemas por el otro, donde las fricciones y hasta los conflictos se resuelven no con la fuerza sino a través del diálogo, el respeto, la atención al bien del otro, la misericordia y el perdón”.

Como conclusión del mensaje, el Card. Tauran augura: “¡En cuanto fieles de nuestras respectivas convicciones religiosas y personas que comparten los valores y con un sentido de responsabilidad compartida por la familia humana, podamos unirnos, ya sea individualmente como también como colectividades, para modelar las familias como “cunas” de la no violencia, de modo que se pueda construir una humanidad que se ocupe de nuestra casa común y de todos sus habitantes!”.