Uzbekos víctimas del frío extremo: los reflectores apuntan a las políticas energéticas de Mirziyoyev
El jefe de Estado ha despedido a funcionarios y ejecutivos responsables de los problemas en la distribución de gas. El sector está controlado por empresas opacas. El papel de los rusos de Gazprom.
Moscú (AsiaNews) - El presidente uzbeko Šavkat Mirziyoyev ha despedido en los últimos días a varios ejecutivos y tecnócratas como responsables de los graves fallos en los sistemas energéticos y de distribución de gas que han afectado gravemente a la población en uno de los inviernos más fríos en muchos años en estas latitudes. Mirziyoyev dijo que sentía “profunda preocupación y angustia por cada familia, cada persona de nuestro país que sufre por el frío” y agregó que "todos los dirigentes del país deberían tener sentimientos similares". E inmediatamente después anunció la destitución del alcalde de la capital, Tashkent.
En realidad, como muestran varios informes de prensa y en particular el sitio web de Radio Ozodlik, desde hace al menos tres años se repiten las advertencias a la administración de Mirziyoyev sobre los problemas relacionados con su ambicioso plan para aumentar la extracción de petróleo y gas. Muchos periodistas han señalado que las principales beneficiarias de estos proyectos son empresas muy poco transparentes controladas por aventureros políticos uzbekos y rusos, entre ellos un oligarca muy cercano a Putin.
Ozodlik informa que en enero de 2020 circuló en varias oficinas del gobierno un documento confidencial donde se afirmaba que el multimillonario proyecto energético podía poner en peligro la seguridad del país en este sector y provocar grandes déficits en el suministro de gas. Diversos documentos y testimonios confirman que ese proyecto entregó varios yacimientos al control de ciertos personajes sin ninguna competencia creíble, interesados únicamente en especular en los mercados internacionales.
Una de las figuras clave en las que se centraron las investigaciones es Bakhtyor Fazilov, un empresario ruso-uzbeko de Samarcanda, poco conocido, vinculado a los servicios secretos uzbekos. En el informe secreto, su nombre figura como responsable de los costos desproporcionados de los servicios de obra en comparación con las empresas del Estado. Además, se atribuye el control de la principal reserva de gas de Uzbekistán a una empresa rusa de San Petersburgo, registrada a nombre de un abogado testaferro del oligarca cercano a Putin Gennadij Timchenko, sobre el que pesan sanciones de EE.UU. y la UE.
Muchos de los contratos, según los documentos publicados por Ozodlik, se han estipulado con empresas offshore radicadas en Chipre, Singapur, China, Gran Bretaña y otras zonas francas, casi siempre por indicación del propio Mirziyoyev. El gigante ruso Gazprom, arma geopolítica del Kremlin, ha introducido sus tentáculos en varios pliegues de los programas energéticos de Uzbekistán.
Ahora el presidente uzbeko ha dado instrucciones al Servicio de Seguridad SGB para que inicie una investigación sobre la actuación de los funcionarios despedidos y aplique sanciones severas si descubre violaciones de la ley. Esta medida también estaba incluida en el informe de 2020, que sugirió "destituir a todos los funcionarios" del Ministerio de Energía y de la empresa estatal Uzbekneftegas por el daño causado a la economía del país.
Según las reconstrucciones periodísticas, los vínculos con los rusos se remontan a los años inmediatos posteriores al colapso del imperio soviético, pero el primer presidente Islam Karimov era muy cauteloso con los rusos, en quienes no confiaba plenamente, mientras que su actual sucesor, apenas llegó al poder en 2016, se ató de pies y manos a los hombres de Gazprom. El banco asociado a la empresa rusa, Gazprombank, financió en 2017 una empresa mixta llamada Natural Gas-Stream con casi 4.000 millones de dólares, cuyo objetivo declarado era "garantizar la satisfacción estable de las necesidades de la población y de la economía del país en derivados de la extracción de hidrocarburos”.
En 2019 Mirziyoyev formó una comisión de control sobre 35 proyectos activos en el sector por un presupuesto total de 39 mil millones de dólares que puso en evidencia varios errores y fallas en la gestión, pero no fue capaz de corregirlos. Y ahora el Ministerio de Energía ha anunciado que los suministros de petróleo y gas han disminuido debido al agotamiento de varias fuentes, así como a numerosos accidentes en el proceso de extracción. Y el pueblo uzbeko sigue expuesto al frío y al hielo, esperando tiempos mejores.
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