Uzbekistán y Kirguistán acuerdan frontera en disputa
En la frontera, de 1.314 kilómetros de largo, hubo contínuos enfrentamientos armados con muchas bajas de ambas partes. Acuerdo sobre la explotación conjunta de los recursos en las zonas involucradas. En la región persiste la disputa territorial entre kirguises y tayikos.
Moscú (AsiaNews)- El fin de la larga disputa fronteriza entre Uzbekistán y Kirguistán, sancionado el 27 de enero en Bishkek por los presidentes Mirziyoyev y Žaparov, aparece como una luz en medio de la niebla de las fronteras que delimitan los países de Asia Central. Las antiguas repúblicas soviéticas son herederas de una confusión creada deliberadamente por el régimen comunista para dividir y controlar las tensiones étnicas de estos pueblos.
La frontera con Uzbekistán es el tramo más largo del territorio de Kirguistán, con una extensión de 1.314 kilómetros. Las disputas a menudo se convirtieron en conflictos que provocaron muchas víctimas. En noviembre del año pasado las autoridades de los dos países anunciaron que habían llegado a un acuerdo sobre la disputa que ha durado más de 30 años.
El politólogo de Novaja Gazeta Arkadij Dubnov, experto en temas de Asia Central, comentó la situación en Currentime.tv, declarándose muy satisfecho por el acuerdo alcanzado: "Un acontecimiento de trascendencia histórica donde parecía haber reivindicaciones mutuas insuperables, contradicciones, ambiciones y malentendidos de todo tipo”. Queda así resuelto el “penúltimo problema fronterizo” de esta región, pues la disputa entre Kirguistán y Tayikistán sigue abierta.
Ahora la frontera con Uzbekistán ha sido reconocida como "interestatal", gracias sobre todo a la voluntad política del presidente uzbeko Mirziyoyev y del presidente kirguís Žaparov. Este último debió sofocar una protesta interna por la cesión del embalse de Kempir-Abad. Dubnov espera que todos los arrestados por estas protestas sean liberados lo antes posible, para evitar que se reavive el conflicto. La clave es que los que rechazan el acuerdo "no han propuesto ninguna alternativa creíble", considerando que estos lugares cruciales para los recursos hídricos y energéticos habían permanecido indefinidos desde el legado soviético.
El acuerdo dispone, en efecto, una cesión territorial, pero la explotación de los recursos beneficiará a ambos países, y "no sirve de nada reivindicar una posesión demostrativa", argumenta el politólogo, sino "saber trabajar por el bien común y mantener relaciones pacíficas con los vecinos". Todos esperan que el acuerdo inspire una solución similar para el problema con Tayikistán, pero los observadores no son muy optimistas en este sentido.
En Dusambé todo está en manos del poder absolutista del presidente Emomali Rakhmon, con quien es difícil encontrar compromisos aceptables para ambas partes. El líder tayiko acaba de destituir a la ministra de Trabajo y Emigración, Sirin Amonzoda, por "una política equivocada en la gestión de los cuadros administrativos". El hecho ocurrió durante una reunión del gobierno a puertas cerradas para hacer un balance de las actividades del año pasado, donde se puso de manifiesto una clara insatisfacción del presidente con el trabajo de sus subordinados.
Rakhmon también arremetió contra el jefe de comunicaciones y su propio cuñado, Beg Sabur, por no haber gestionado con eficiencia la modernización de la red de internet del país, sobre todo en "regiones aisladas y fronterizas", donde es necesario un intercambio de información más intenso, entre otras cosas, precisamente para prevenir posibles acciones disruptivas por parte de adversarios como los kirguises. Otro blanco de la furia presidencial fue el presidente del Comité para las inversiones y propiedades del Estado, Sadi Kodirzod, quien no habría sido capaz de atraer grandes intervenciones económicas del exterior.
En definitiva, el sátrapa de Tayikistán, que también preside la administración religiosa del islam local, no se muestra inclinado a encontrar soluciones amistosas ni en la política interna ni en las relaciones exteriores.
14/04/2022 11:24