Una reliquia de san Camilo para celebrar los 50 años de la misión camiliana en Filipinas
Esta mañana se realizó la exposición a los fieles de una pequeña parte del corazón del religioso y sacerdote. A continuación tuvo lugar una misa solemne presidida por el obispo de Cubao para celebrar los 50 años de misión de la orden, cuya primera comunidad en el archipiélago comenzó el 8 de marzo de 1975. El compromiso en el sector de la salud junto a los enfermos, según el carisma del fundador.
Manila (AsiaNews/CBCP) - Un día especial para millones de católicos de la Arquidiócesis de Manila y de todo el país que hoy, 8 de marzo, tienen la oportunidad de venerar la reliquia de san Camilo de Lellis, patrono de los hospitales y de los enfermos, que fue expuesta a los fieles en la catedral de la Inmaculada Concepción de Cubao. El templo se abrió esta mañana a las 8.15 para permitir a los primeros fieles venerar la reliquia, una pequeña parte del corazón del religioso y sacerdote italiano que vivió entre 1500 y 1600. A continuación, a las 8.30, tuvo lugar la celebración de la misa solemne presidida por el obispo de Cubao (diócesis sufragánea de Manila), Mons. Elias Ayuban Jr. Posteriormente la reliquia fue trasladada al Seminario de San Camilo en la ciudad de Marikina para un acto programado para las 13.
Los eventos e iniciativas, incluyendo la exposición de la reliquia, forman parte del programa para celebrar el 50 aniversario de la misión camiliana en Filipinas al servicio de los enfermos y los que sufren. En la década del '60 el sacerdote jesuita Hernando Maceda llevó la reliquia del corazón de san Camilo al archipiélago filipino después de completar sus estudios en Roma. La había recibido como regalo de un amigo camiliano, el P. Mario Vanti, quien le había pedido que rezara para que “un día” la orden de san Camilo "se estableciera en su país”.
En 1974 dos jóvenes religiosos italianos, Ivo Anselmi y Pietro Ferri, llegaron a Manila para completar sus estudios teológicos en la Loyola School of Theology de Quezon City. El P. Maceda les regaló la reliquia de san Camilo y de esa manera permitió - sin saberlo - que comenzara a cumplirse el deseo del P. Vanti. La presencia de los Camilianos, junto con el padre Ernesto Nidini, que estudiaba en la Universidad De La Salle, contribuyó de este modo al nacimiento de la Fundación Camiliana en Filipinas, y hace exactamente cincuenta años, el 8 de marzo de 1975, se fundó la primera comunidad del país en Quezón City, dependiente de la provincia de Lombardía-Véneto.
El P. Nini fue el primer superior de la comunidad original de los camilianos en el archipiélago, junto con el P. Alberto Román, el P. Anselmo Zambotti y los sacerdotes recién ordenados P. Anselmi y P. Ferri. Un año después la comunidad se unió a la viceprovincia del Extremo Oriente, convirtiéndose en Provincia de Extremo Oriente en 1997. Al año siguiente los camilianos filipinos se hicieron cargo de las siete comunidades dispersas por el archipiélago. Finalmente, el 1 de julio de 2003 se creó oficialmente la provincia filipina, y el P. Anselmi fue el primer superior provincial.
La especificidad del carisma camiliano, como se puede ver en la misión en el país asiático, es el amor a los enfermos, vivido en una comunidad de padres y hermanos. Uno de los principales actos para celebrar los 50 años de misión fue la declaración solemne de “Spiritual Twinning” entre la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Anunciata y la Basílica de la Anunciación en Nazaret, el 18 de diciembre de 2024, evento culminante programado para hoy en la Parroquia de la Anunciata.
Desde sus primeros pasos en 1975 los religiosos han ampliado su misión, y ahora cuentan con 41 miembros filipinos que prestan servicio en su país de origen y en misiones en Taiwán, Australia, Italia, Alemania y Estados Unidos. En Filipinas, los camilianos brindan atención espiritual y médica en 14 capellanías hospitalarias, tres hospitales, un policlínico, un hogar de ancianos, dos parroquias y un centro pastoral. Los religiosos también dirigen una ONG que colabora con la salud, el desarrollo y la respuesta a desastres, y tienen tres casas de formación. Por último, están activamente involucrados en la atención del VIH/SIDA y colaboran con la Comisión de Salud de la Conferencia Episcopal.