Un Premio al p. Samir Khalil, constructor de puentes entre islam y cristianismo
El jesuita egipcio es un gran estudioso del patrimonio literario cristiano del mundo árabe. La alemana ““Stephanus Foundation” lo premia porque “abrió el camino para una nueva confianza en sí mismo por parte de los oprimidos y de los perseguidos”. El p. Samir: No es posible una paz global sin la paz entre las religiones”.
Frankfurt (AsiaNews)- El p. Samir Khalil Samir, jesuita egipcio y estudioso de fama internacional, recibió el premio de la “Stephanus Foundation for Persecuted Christians”. Michaela Koller, como jefa de la Fundación intitulada al primer mártir cristiano, explica el motivo de esta elección: “Por su servicio [en favor] del patrimonio espiritual árabe-cristiano”.
El p. Samir, continúa la presidente, “abrió el camino para una nueva confianza en sí mismo por parte de los oprimidos y de los perseguidos, no sólo a través de su investigación sino también a través de sus apariciones en los medios y hacia personalidades de la política, d la Iglesia y de la sociedad”.
La ceremonia de la entrega del Premio se desarrolló el 21 de julio pasado en la Sala de los espejos de la residencia en estilo barroco de Eichstätt, municipalidad de Baviera. Clase 1938, el p. Samir está entre los más expertos en el mundo del diálogo entre el islam y el cristianismo y recientemente su compromiso y su estudio fueron el tema principal de un simposio organizado en el Vaticano, en su honor. En los años 80, el p. Samir fundó en Beirut el CEDRAC Research and Documentation Center para profundizar el estudio del patrimonio literario cristiano en el mundo árabe. En el año 2015 presidió en Roma el Pontificio Instituto Oriental (PIO). En su larga carrera publicó más de 60 volúmenes y más de 1.500 artículos.
Recibiendo el Premio en Baviera, el jesuita invitó a los presentes “a tener más coraje para dialogar”. Luego subrayó que “los conceptos del cristianismo y del islam son profundamente diferentes. Pero, no obstante todas las violencias, es necesario jamás olvidar y considerar que los musulmanes son nuestros hermanos y hermanas y trabajar por la paz”.
El archimandrita Andreas-Abraham Thiermeyer lo describe como dotado de “valentía y claridad, sobre todo cuando pidió el perecer resuelto de los imanes sobre las atrocidades de la organización terrorista del Estado islámico”. El mensaje del sacerdote a todo el occidente, afirma, es claro: “Presten atención a los derechos humanos y a la libertad religiosa es un derecho fundamental irrevocable. Es ‘la prueba de fuego” para todas las otras libertades. No es posible una paz global sin la paz entre las religiones. No hay que olvidar a los cristianos y sus méritos en el Vecino y Oriente Medio. Deben hablar en modo abierto de sus derechos”.
Entre aquellos que han recibido el Premio en los últimos años, algunas personalidades prominentes del mundo eclesial: el Card. Loius Raphael I. Sako, patriarca de babilonia de los Caldeos (Irak) y el Card Joseph Zen, obispo emérito d Hong Kong, que dedicó el reconocimiento a todos los cristianos perseguidos en China.