Ulán Bator: no cesan las protestas contra la corrupción
Los políticos que se enriquecieron vendiendo carbón a China están en el punto de mira. Treinta y cinco personas están siendo investigadas, entre ellas el ex presidente Khaltmaagiyn Battulga. La extracción de carbón aporta el 25% del PIB nacional. Los mongoles quieren liberarse del manto de aislamiento y la ilegalidad.
Moscú (AsiaNews) - Hace más de diez días que se suceden las protestas callejeras en Mongolia. Los manifestantes cuestionan las oscuras maniobras de exportación de materias primas, pero también expresan una enérgica protesta contra la corrupción de la clase dirigente del país. Según el Avilgatay Temtsekh (servicio independiente anticorrupción) de Ulán Bator, hay 35 personas bajo investigación, entre ellas el ex presidente Khaltmaagiyn Battulga, por "extracción de carbón, transporte y compra de productos y servicios a expensas del Estado", según declaró el subdirector de la agencia, M. Davaatogtokh.
Las autoridades abrieron 22 causas para verificar el rol de 47 implicados; 15 personas están detenidas y 10 ya están incomunicadas, como explicó Davaatogtokh. Un grupo de trabajo especial, creado para agilizar los procesos, está comprobando todos los acuerdos celebrados por las empresas estatales. Entre ellos, el de los ferrocarriles Erdenes-Tavan-Tolgoy y Tavan-Tolgoy, que suman un total de 633 operaciones en el período del 1 de diciembre de 2018 al 1 de diciembre de 2022. La mayoría de los cargos se refieren a sobornos y favores que permitieron a varias personas enriquecerse con la construcción de tramos de ferrocarril para el transporte de carbón.
El Consejo de Ministros de Mongolia tomó la decisión de intervenir la línea de ferrocarril incriminada y someter a todas las empresas implicadas a un "régimen especial" durante un periodo de seis meses. Mientras tanto, no cesan las protestas en el centro de la capital, Ulan Bator, a pesar de las temperaturas bajo cero y la nieve. Los manifestantes acusan a los corruptos de arrastrar al país a un deterioro general del nivel de vida.
En diálogo con Azattyk, el periodista Žargalsaykhan Dambadaržaa, creador del popular sitio web Jargaldefacto, explicó que "una de las principales causas de la protesta es el repentino aumento de la inflación en el país”. “Y no se trata sólo del carbón”, agregó, “los políticos y sus allegados se han apropiado de muchas fuentes de materias primas, repartiéndose la tierra de los alrededores de Ulán Bator. Han recurrido a todo tipo de maquinaciones y operaciones sucias con los "bonos cinghiz", los bonos internacionales sobre los que el periodista ha hecho campañas de denuncia en muchas oportunidades. "La mitad de los créditos del Banco de Desarrollo de Mongolia resultaron ser tóxicos", comenta.
“Cuatro presidentes han nombrado a jueces según el principio de lealtad a sus intereses, lo cual ha debilitado a todo el poder judicial mongol", declara el mismo Dambadaržaa. “Los jueces son nombrados por el Parlamento, y algunos nombramientos son prerrogativa del Presidente. La gente comprobó que ya no había justicia ni igualdad, y la ira se fue acumulando durante años", explica el periodista. Con el telón de fondo de la inflación post-Covid y el debilitamiento del tugrik, la moneda local, los continuos escándalos han sido el detonante de la protesta, que ha sacado a la calle a miles de personas y jóvenes, en un país con una población total de 3,4 millones.
La minería del carbón ha sido el principal foco de atención, ya que representa el 25% del PIB nacional y el 40% de los ingresos de exportación. Otro 40% procede del cobre: todo va a China, favorecido por funcionarios que manipulan el presupuesto estatal embolsándose grandes porcentajes sin pagar impuestos. El Gran Jural, el Parlamento de Ulán Bator, está compuesto por 76 diputados, y los periodistas de investigación acusan al menos a la mitad de ellos de estar implicados en esta trama corrupta, que incluye el robo de carbón. Cada año, entre 20 y 30 mil camiones -que figuran oficialmente como vacíos-, transportan carbón de manera clandestina. Esto no puede ser fruto del azar: hay todo un sistema montado para ello.
Las investigaciones tratan de establecer la magnitud del comercio, comparando las estadísticas chinas con las mongolas. Un dato que salta a la vista es el derrumbe del tugrik frente al dólar. En un año, la moneda perdió casi el 20% de su valor, la inflación superó el 15% y el salario promedio se desplomó, llegando a 250 dólares.
La opinión pública y la prensa exigen al nuevo gobierno que determine las responsabilidades, mientras los sospechosos buscan todas las vías posibles para eludir la condena. Los mongoles quieren liberarse del manto de aislamiento y anarquía, quizá buscando la ayuda de otros países de Asia Central.
09/12/2022 11:33
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