Turquía, nueva audiencia para el monje acusado de terrorismo por dar un trozo de pan
El religioso asirio Sefer (Aho) Bileçen está en el estrado porque dio de comer a algunos miembros del PKK. La próxima audiencia será en abril. Arriesga de dos a 15 años de prisión si es hallado culpable. En estos meses siempre se ha defendido diciendo que actuó "por caridad cristiana". Las protestas de los cristianos de la zona consiguieron su excarcelación, mientras se aguarda el proceso.
Estambul (AsiaNews) - Hoy tuvo lugar una nueva audiencia en el juicio contra el monje asirio Sefer (Aho) Bileçen en el Tribunal Penal Superior de Mardin. Tal como sucedió en la audiencia anterior, a principios de noviembre, fue a puerta cerrada y se prohibió el ingreso de periodistas. El hombre está en el estrado por acusaciones de terrorismo tras haber dado un trozo de pan a un kurdo afiliado al PKK - según los magistrados. El PKK o Partido de los Trabajadores del Kurdistán está proscripto en Turquía y su líder, Abdullah Öcalan, se encuentra en prisión desde 1999. Los jueces decidieron aplazar el proceso nuevamente y la próxima audiencia será en el mes de abril.
De ser condenado, el monje arriesga entre dos y 15 años de prisión por el mero hecho de haber alimentado a una persona que pedía comida en la puerta del monasterio. En los últimos meses, el monje siempre fue firme en su postura: no conocía a las personas que se acercaron a pedir comida, pero les abrió la puerta "por caridad cristiana".
El padre Sefer (Aho) Bileçen es el custodio del monasterio de Mor Yakup (Santiago apóstol), una construcción de unos 1500 años de antigüedad, ubicada en el distrito de Nusaybin, en Mardin, en el extremo sureste de Turquía, cerca de la frontera con Siria. Se trata de un edificio histórico, pero en estado de abandono desde el genocidio armenio de 1915, y gracias al compromiso del religioso reabrió sus puertas en 2010.
El monje fue detenido el 9 de enero de 2020 tras el testimonio de un supuesto afiliado al PKK (posteriormente arrepentido). Cuatro días después, fue dejado en libertad a la espera de juicio, gracias a un levantamiento popular de los cristianos de la zona, que empujó a las autoridades a concederle la excarcelación mientras se aguarda el proceso.
La confesión del afiliado del PKK sería decisiva para la incriminación del sacerdote asirio. Un segundo testigo, también en prisión, dijo que no conocía al sacerdote pero otros le había comentado que distribuía alimentos a los necesitados, como gesto de caridad.
El juicio tiene lugar en un momento de grandes tensiones internacionales entre Turquía y las naciones occidentales y en un contexto interno en el que no cesan las violaciones y abusos contra la minoría cristiana. Recientemente, las autoridades pusieron a la venta (en Internet) una iglesia armenia centenaria, el último de una serie de episodios polémicos que demuestran la falta de respeto, cuando no el desprecio y la comercialización del patrimonio religioso y cultural: la barbacoa en la histórica iglesia armenia de Sourp Asdvadzadzi y la conversión de antiguas basílicas cristianas en mezquitas, caso de di Santa Sofía y Chora, que hasta entonces y desde principios del siglo XX, bajo Ataturk, funcionaban como museos. Todas decisiones controvertidas, en el contexto de la política del “nacionalismo e islam”, sello distintivo de Recep Tayyip Erdogan par ocultar la crisis económica y mantenerse en el poder. En ambos edificios, las autoridades islámicas cubrieron con un lienzo blanco las imágenes de Jesús y los frescos e iconos que revelan las raíces cristianas del lugar.