Tokio: autosuficiencia alimentaria en el 38%, todavía cerca del mínimo histórico
El Gobierno ha puesto en marcha un plan para subir la tasa al 45% para 2030, pero debe afrontar diversos desafíos. En primer lugar, la disminución de tierras y trabajadores en el sector agrícola. En la actualidad Japón importa la mayor parte de los alimentos que consume debido a los cambios en la dieta de sus ciudadanos.
Tokio (AsiaNews) - La tasa de autosuficiencia alimentaria en base calórica es del 38% en Japón, cifra que se ha mantenido sin cambios con respecto a 2022, pero todavía muy cerca del mínimo histórico del 37% al que llegó en 2020. La cifra, publicada ayer por el Ministerio japonés de Agricultura, Silvicultura y Pesca, indica en qué medida un país es capaz de producir internamente los alimentos necesarios para que toda la población tenga una ingesta calórica adecuada. Si se mide en base al valor de la producción, la cifra sube al 58%, una caída de cinco puntos porcentuales con respecto a 2021.
Entre las economías desarrolladas, Japón es uno de los países con menor nivel de autosuficiencia alimentaria en términos calóricos, y el gobierno ha considerado necesario poner en marcha un plan para alcanzar la tasa del 45% en 2030 y del 75% para el valor de la producción. El ejecutivo también querría revisar la ley nacional de seguridad alimentaria que data de 1999, una época en la que Japón esperaba importar siempre todo lo que necesitara. Debido a los cambios progresivos en la dieta, hoy casi el 60% de los alimentos que consumen los japoneses son importados. En efecto, los ciudadanos del archipiélago japonés comen mucho menos arroz que en el pasado y mucha más carne y aceites. Si en 1965 más del 40% de las calorías diarias procedían del arroz, en 2020 el porcentaje se había reducido a casi la mitad, según afirman las estadísticas del gobierno.
En 1960 la tasa de autosuficiencia alimentaria de Japón era del 102% para el arroz, del 100% para las frutas y verduras y del 91% para la carne, mientras que en 2021 el país produjo el 98% del arroz consumido, el 30% de la fruta, el 76% de las verduras y el 16% de los productos ganaderos.
En 2022 disminuyó el volumen de la pesca de moluscos y peces y la cantidad de cereal cosechado, pero también disminuyeron las importaciones de aceites y grasas. Aunque no hubo grandes fluctuaciones en las compras al exterior, el aumento de los precios de los cereales y la depreciación del yen han encarecido las importaciones. Pero Japón también depende de otros países para los fertilizantes, que son esenciales para la producción agrícola.
Según algunos críticos, durante los años de la pandemia Tokio redujo su presupuesto agrícola en favor de un mayor gasto en defensa, mientras que las importaciones de maíz de China se han multiplicado por 10 desde 2016. Tokio también depende de Beijing para el suministro de fertilizantes.
El plan propuesto por el gobierno supone un aumento de la producción nacional de trigo un 40%, de soja un 60%, de hortalizas un 15% y de alimentación animal un 48%, aprovechando también la introducción de nuevas variedades para los cultivos, más resistentes a las enfermedades.
Pero los expertos creen que probablemente estos objetivos son demasiado ambiciosos porque requerirían una importante revitalización del sector agrícola, que cada año pierde 50.000 trabajadores y numerosas hectáreas de tierra, dos elementos que los planes de Tokio todavía no han tenido en cuenta. Según las estimaciones actuales, de 1,2 millones de trabajadores en 2022, el sector agrícola se reducirá a 300.000 en 20 años.
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