Tokio: Ejecutaron en la horca a seis miembros de la secta Aum Shinrikyo

Eran los responsables de los atentados con gas sarín, perpetrados en la línea metropolitana de subterráneos de Tokio, en 1995. En el ataque murieron 13 personas y más de 6.200 resultaron heridas. Ministro de Justicia: “El dolor y la angustia de las personas muertas y de sus familias, así como el de los sobrevivientes que terminaron inválidos, es inimaginable”.

Tokio (AsiaNews/Agencias) – Esta mañana, fueron llevados a la horca los últimos seis miembros de la secta Aum Shinrikyo (la verdad suprema de Aum), responsables del atentado perpetrado el 20 de marzo de 1995, donde se usó gas Sarín para atacar la red metropolitana de subterráneos de Tokio. La ejecución se produjo tras haberse concluido el último proceso de apelación, en enero de este año. “He ordenado las ejecuciones tras haber analizado atentamente el caso”, declara el ministro de Justicia Yoko Kamikawa. Y continúa: “El dolor y la angustia de las personas muertas y de sus familias, así como el de los sobrevivientes que terminaron inválidos, es inimaginable”.

El 6 de julio pasado fueron ajusticiados los primeros siete miembros, entre los cuales figuraba el líder de la secta, Shoko Asahara (v. foto 2). El ataque con gas Sarín provocó la muerte de 13 personas. Los heridos fueron más de 6.200. En el año 2006, la Corte Suprema resolvió dictar la condena a muerte. El grupo fue acusado de varios homicidios más, y de un ataque anterior, ocurrido en 1994 y efectuado con gas Sarín, que mató a ocho personas e hirió a 600.

Los testigos del atentado de 1995 en el subterráneo cuentan que vieron bolsas, de las cuales salía líquido y humo. Las personas murieron asfixiadas en cuestión de segundos. Otras quedaron tendidas en el suelo, enceguecidas y paralizadas.

La secta surgió en 1984, y en su origen era un grupo espiritual y una escuela de yoga en la cual se mezclaban creencias budistas y profecías apocalípticas cristianas. El líder, Shoko Asahara – también conocido como Chizuo Matsumoto – afirmaba ser el Cristo además del “primer iluminado” después del Buda. En 1989, la secta es reconocida como organización religiosa, y en su momento culminante, llega a tener decenas de miles de seguidores. Pronto, el grupo asume un carácter paranoico-apocalíptico en su culto. En muchos países éste ahora es considerado como una organización terrorista. En Japón sigue siendo legal, pero está sometido a una estricta vigilancia por considerar que se trata de una “religión peligrosa”. Se piensa que la secta aún tiene miles de adeptos.