Tokio 2020: Hend Zaza, la siria de 12 años, es la atleta olímpica más joven

Conquistó el derecho a participar en las Olimpíadas, en la especialidad de tenis de mesa, cuando ganó las eliminatorias de Asia Occidental en Jordania. El deporte para superar los traumas de la guerra. Hoy ocupa el puesto 155 en la clasificación internacional de la especialidad. Sacerdote de Damasco: "Una manera de atraer la atención sobre Siria y el sufrimiento de su pueblo".

Damasco (AsiaNews) - Las Olimpíadas siempre han sido escenario de grandes (y pequeñas) hazañas personales de atletas que conquistan la atención del gran público por sus méritos deportivos o por las turbulentas historias que afrontaron para llegar a competir, siguiendo el lema de los Juegos: “lo importante no es ganar, sino participar”. Para Tokio 2020, programado desde hoy hasta el 8 de agosto y uno de los más complicados de la historia por la pandemia Covid-19, el escalón más alto del podio de esta clasificación especial es para el atleta más joven de los Juegos, la niña siria de 12 años Hend Zaza, que compite en tenis de mesa.

"Aunque no conozco personalmente a la atleta ni su rendimiento - cuenta el padre Amer Kassar, sacerdote de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima en Damasco - como sirios estamos muy interesados en la participación de nuestros atletas en los Juegos. También es una manera de atraer la atención sobre Siria y el sufrimiento de su pueblo". Durante demasiado tiempo el país ha quedado relegado y olvidado por la comunidad internacional, como denunció en el pasado el mismo nuncio apostólico en Damasco. “Además el deporte - agrega el P. Kassar - en primer lugar es una actividad humana importante y, en segundo lugar, acerca a los jóvenes”.

Una católica de la capital habla de "milagro", porque teniendo en cuenta las “dramáticas” condiciones en las que hoy se encuentra Siria es "realmente un milagro que Zaza haya logrado entrenarse y competir sin emigrar". "Ella realmente es una heroína por haber llegado a los Juegos Olímpicos", añade, y estas historias "sirven para dar esperanza a toda la nación".

La niña empezó a jugar cuando solo tenía cinco años, siguiendo el ejemplo de un hermano mayor. Conquistó el derecho a participar en los Juegos Olímpicos cuando ganó la ronda de clasificación para los países de Asia occidental en febrero de 2020, en Jordania, con solo 11 años. En el partido final derrotó a su rival libanesa Mariana Sahakian que tiene casi cuatro veces su edad. Zaza también ganó el título nacional sirio en las cuatro categorías en las que puede competir incluyendo la senior, reservada a los atletas mejor clasificados.

Actualmente se encuentra en el puesto 155 del ranking mundial de la ITTF (la federación internacional de tenis de mesa). La joven deportista nació en Hama en 2009 y comenzó a practicar la disciplina en 2014 para distraerse de la tragedia del conflicto que había arrasado el país. El deporte, cuenta, siempre ha tenido "un papel fundamental en mi vida" y para superar los "traumas y dificultades" provocados por una guerra civil de diez años que dejó un saldo de más de 400.000 víctimas y millones de desplazados.

El torneo olímpico de tenis de mesa comienza el 25 de julio en el Tokyo Metropolitan Gymnasium y es la primera cita importante en el escenario internacional para esta joven atleta. En 2016 la Federación Internacional la había seleccionado para el programa "Hopes", con el cual se propone lanzar a futuros campeones en el deporte, intuyendo su gran potencial cuando participaba en la West Asia Hopes Week and Challenge, en Qatar.

Su entrenador explica que Zaza solo ha podido jugar dos o tres partidos de nivel cada año debido a las restricciones impuestas por el conflicto. Por eso para muchos comentaristas deportivos y no deportivos su participación en los Juegos de Tokio ya es un logro extraordinario en sí mismo. Zaza también es la primera en clasificarse para los Juegos siguiendo un recorrido convencional, que implica jugar - y ganar - partidos contra rivales de otros países de la región. Antes que ella, Heba Allejji había obtenido el derecho a participar en los Juegos Olímpicos invitada por la Comisión Tripartita a la última edición de Río de Janeiro en 2016.