Tokio, por primera vez, promulga una ley para reconocer a los Ainu

Tras décadas de discriminaciones, se prohíbe el racismo en relación a la minoría étnica. Comenzarían a brindarse subsidios para promover el turismo en Hokkaido, tierra de origen de los 12.300 tribales que aún quedan.

Tokio (AsiaNews/Agencias) – El gobierno japonés hoy introdujo, por primera vez, una ley que busca reconocer a la minoría étnica Ainu como “pueblo indígena”, luego de más de un siglo de asimilación forzada y discriminación que han terminado prácticamente eliminando la cultura tribal. Además de prohibir el racismo en relación a los Ainu, la norma prevé el otorgamiento de subsidios para promover el turismo en la isla de Hokkaido, su tierra de origen. Asimismo, el Estado permitirá que los 12.300 tribales Ainu que aún quedan puedan derribar árboles en los bosques de propiedad nacional, para su uso en los rituales tradicionales.

Entre los factores que han contribuido a la aprobación de la ley, se cuentan los crecientes reclamos de la comunidad internacional, que piden que se otorgue un adecuado reconocimiento a los Ainu, a la luz del trato que históricamente Japón ha reservado para ellos. Tradicionalmente, los Ainu tienen creencias animistas, y los hombres llevan largas barbas mientras las mujeres se adornaban el rostro con tatuajes antes del matrimonio. La minoría étnica perdió sus tierras ancestrales en 1868, durante la Restauración Meiji –que restituyó el poder al emperador, tras siglo de dominio shogun. Una ley aprobada en 1899 rechazó la cultura Ainu, prohibiendo sus tradiciones y el uso de la lengua e impuso medidas para asimilarla a la población dominante.

La norma fue abolida en 1997, al entrar en vigor otra ley, promulgada para preservar la cultura Ainu y garantizar los derechos humanos. Esta fue la primera en admitir la existencia de una minoría étnica en el país, si bien aún no reconocía a los Ainu como pueblo indígena. Ello ocurrió por primera vez en 2008, en un acto de gobierno en el que se lo definió como un “pueblo indígena que tiene una lengua, una identidad religiosa y una cultura que le son propias”.